Se cebó en el discurso de ayer Néstor Kirchner con el asesor de Mauricio Macri, el ecuatoriano Jaime Durán Barba. Como otros funcionarios, le hizo el «prio» (apócope de prontuario; lo usan los policías) en público, pero con una «googleada» selectiva. Le atribuyó haber sido asesor de Carlos Menem hasta 1999, haber aconsejado a los gobiernos dolarizadores de Ecuador y ser el ideólogo del «candidato de la derecha», que es Mauricio, que es Macri.
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Difícil que Durán le responda porque quebraría la consigna que él le impone al candidato del PRO, pero en pocas horas Kirchner tendrá que retar a sus asesores por haberle leído mal el currículum del asesor. Durán Barba ha asesorado a gobiernos y candidatos de su país y de otras partes del mundo de todos los signos, como un abogado no selecciona políticamente a sus clientes. ¿Se animarán los macristas a «googlearle» al Presidente la lista de los patrocinados cuando tenía abierto su bufete de abogado en Río Gallegos?
Entre los clientes de Durán figuran hombres con los cuales Kirchner ha querido identificarse, como el candidato a presidente de México Andrés Manuel López Obrador o el postulante a la presidencia de los Estados Unidos John Kerry (su esposa estuvo en la convención del Partido Demócrata que lo consagró candidato contra la reelección de George W. Bush; hay fotos).
Si Kirchner le hiciera un veraz en serio a Durán, le tendría que ofrecer una orden al mérito de las que da su gobierno a los amigos. Ha sido en su juventud un insurgente ( intelectual) en serio, que no necesita retocar el currículum para ponerse en fotos en las que no figuró antes. Atraído por la Argentina rebelde de finales de los años 60, vino al país a estudiar la teología de la liberación que desarrollaba Enrique Dussel en la Universidad de Cuyo, Mendoza. Creía con razón que estaba pariendo allí el pensamiento revolucionario del continente.
Pasó a estudiar sociología a comienzos de los setenta en otro cenáculo cuyo recuerdo excitaría a Cristina Fernández, la Fundación Bariloche, donde obtuvo un grado académico.
Casi un argentino, se fue con la música a otra parte el mismo año cuando Néstor Kirchner se iba a su provincia a recibirse de abogado (1976). De haberse quedado en el país, como Kirchner, podría haber corrido peligro su vida.
Aún hoy, Durán Barba es un analista cuyas categorías de pensamiento pueden identificarse con el anarquismo intelectual, óptica de la cual se ufana cuando se califica de un « ingeniero del poder» que no tiene ningún interés personal en la política.
Tampoco fue asesor de Carlos Menem. Estuvo en el país para asesorar a Mauricio Macri en la elección contra Aníbal Ibarra en 2003. Lo localizaron asesores de Alberto Pierri en un seminario sobre campañas electorales que se hacía en la UCA en los días previos a la elección del 27 de abril de 2005. Lo acercó Pierri el sábado 26 de abril al Hotel Presidente y se entrevistó con el riojano, quien escuchó una clase del ecuatoriano sobre cómo debía ser su discurso cuando ganase, al día siguiente de la primera vuelta electoral. Durán está considerado un experto en ballottages.
Menem lo escuchó y lo despidió con un gestoque Durán entendió bien: en lugar de quedarse en Buenos Aires, se fue a Ezeiza y no levantó más el teléfono. Testigos de esa reunión recuerdan que si Menem hubiera seguido el consejo del ecuatoriano, otra podría haber sido su suerte en esa puja con Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá.
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