17 de mayo 2023 - 00:00

Micaela Sánchez Malcolm: "Estamos posicionando a la Argentina en servicios digitales"

La Secretaria de Innovación Pública dialogó con Ámbito sobre los desafíos que impone la Inteligencia Artificial y el uso de aplicaciones luego de la pandemia.

Micaela Sánchez Malcolm, Secretaria de Innovación Pública. 

Micaela Sánchez Malcolm, Secretaria de Innovación Pública. 

Secretaría de Innovación Pública

Micaela Sánchez Malcolm, secretaria de Innovación Pública de la Nación, se puso al frente de las aplicaciones que durante los meses más duros de la pandemia permitieron a los ciudadanos circular, trabajar y hasta acceder a espectáculos culturales y deportivos. En ese entonces, millones de argentinos y argentinas utilizaron por primera vez una app, aunque ella asegura que es algo que "llegó para quedarse".

En diálogo con Ámbito Sánchez Malcolm detalló cómo sigue el trabajo de la Secretaría y cómo se incorporan los nuevos desafíos como la Inteligencia Artificial a la estructura del Estado. Además, la funcionaria destacó el avance del país en materia de innovación: "Estamos posicionando a Argentina en servicios digitales".

Periodista: ¿Cómo impacta el año electoral en la agenda de la Secretaría de Innovación Pública?

Micaela Sánchez Malcolm: No tengo ni considero un calendario electoral en esta Secretaría. No tenemos la gestión condicionada sino un calendario de labor de cuatro años en donde hay proyectos transversales y otros que se fueron complementando, en donde no hay un parate ni una resignificación electoral. No me meto en la agenda electoral, sí en los debates de grupos de militancia o en las instancias de discusión con mi pertenencia política, pero acá no tengo una agenda que esté cambiando en función del contexto electoral.

P.: En un escenario de inflación en alza, ¿cómo explicar a la ciudadanía la relevancia del trabajo que lleva adelante?

M.S.M.: Creo que no es necesario reivindicar nuestra importancia en un contexto económico, me parece que las infraestructuras que se construyen desde la Secretaría redundan en servicios para la ciudadanía y eso lo ven los usuarios. Esto impacta a su vez en mejores instancias de conectividad, de capacitación y acceso a dispositivos, de soluciones y tramitaciones digitales, en definitiva en mejores servicios. No solemos tener una demanda de tipo “qué estás haciendo con la guita”. Se trata de una Secretaría que pasa muy por debajo de la vista de la gente y eso es un problema, pero en política pública es un valor porque lo que pasa es que llega, funciona y se sostiene. Hay un respaldo del Gobierno nacional de sostener presupuestariamente esto, mucho apoyo y reivindicación internacional de lo que se está haciendo acá. Hay demandas de países de la región de que le demos una mano porque no tienen un registro ciudadano digital, como Estados Unidos por ejemplo. Hay una reivindicación del laburo que se hace en Argentina y un acompañamiento presupuestario.

P.: ¿Cómo está funcionando Mi Argentina?

M.S.M.: La aplicación Mi Argentina nos precede a nosotros, cuando llegamos tenía entre 2.5 a 3 millones de usuarios y déficit en su infraestructura, y tenía además la posibilidad de pautar en Facebook con los datos de los ciudadanos. Entonces se hizo una reestructuración, lanzamos una nueva app y ahora estamos por terminar otra. Eso implicó incorporar mayores y mejores servicios, ahora tenemos 20 millones de usuarios y hemos robustecido el resguardo de datos.

P.: ¿La pandemia marcó un antes y un después para la Secretaría?

M.S.M.: Lo primero que hicimos fue hacer una auditoría de corte con la Fundación Sadosky los primeros dos meses, lo que nos permitió hacer una foto y ver que se habían implementado varias instancias de digitalización en la gestión anterior pero la realidad es que no eran ni robustas, ni estaban documentadas, ni había valores de procedimientos, ni personas acá en la administración pública que pudieran administrar los sistemas porque estaba todo puesto en privados y desvincularon los contratos con los privados. Había mucha deficiencia en la infraestructura de los sistemas, había pauta en las aplicaciones de Gobierno. Encontramos falta de capacidad, conocimiento y experiencia que quede en el Estado. Los nombres cambian pero el Estado es uno, así que empezamos a trabajar en robustecer e incrementar los servicios. La propuesta que teníamos era ser lo más inteligentes posibles para aprovechar lo que se hizo pero trabajar de otra manera, con mucha más soberanía y valor puesto en el Estado. Durante la pandemia robustecimos la estructura con mucho esfuerzo y compromiso de los agentes del Estado y hubo mucha colaboración de universidades, CONICET y del mundo privado. Así fueron saliendo los permisos de circulación, de retorno a casa, para asistir a eventos deportivos y culturales, después los subsidios.

P.: ¿Qué balance hacen del chatbot Tina?

M.S.M.: Es el único chatbot a nivel Estado Nación por la complejidad que implica armar un árbol de soluciones de todo un Estado, e integra con la validación de Mi Argentina. Está funcionando muy bien y el 100% de equipo son mujeres. La investigación, el armado del árbol, es una herramienta que está funcionando bien, que centraliza, y ya tenemos cerca de 300 trámites disponibles para averiguar, consultar y pedir.

P.: Hubo un uso masivo de las app durante la pandemia, ¿sigue la demanda ahora que finalizó?

M.S.M.: Esto llegó para quedarse. Lo que hay en Argentina son brechas de acceso y de uso que hay que atender sí o sí, por eso tenemos presencia en todo el territorio nacional con 670 puntos digitales, ahora por ejemplo estamos inaugurando el segundo en El Impenetrable. Tenemos que hacer la planificación presupuestaria incrementalmente para 2024 porque hay un requerimiento de infraestructura para sostener la demanda.

P.: ¿Qué proyectos tiene la Secretaría a futuro?

M.S.M.: Presentamos Mi Pueblo Conectado (una iniciativa junto a provincias y municipios para llevar conectividad satelital y recursos digitales a 377 localidades que cuentan con un acceso a internet deficitario o nulo) y actualmente estamos trabajando con INTA en programas sobre la conectividad rural. También estamos trabajando en un encuentro internacional, que posiblemente sea en julio, para el intercambio de herramientas y líneas de gobierno digital y que demandan todos los países de la región que le demos una mano. Estamos posicionando a Argentina en sus servicios digitales en términos metodológicos y reglamentarios. Además, estamos trabajando con organismos de crédito para hacer un incremento de todo esto.

P.: ¿Cómo aborda la Secretaría el auge de la Inteligencia Artificial?

M.S.M.: El Estado está trabajando con organismos internacionales, con UNESCO, con la Unión Europea, haciendo reuniones interdisciplinarias con gente que trabaja en el tema. Estamos adhiriendo a recomendaciones y trabajando con guías prácticas de implementación. Hace un par de semanas pedí la creación de un registro soluciones de inteligencia artificial que estén funcionando en el Estado y que de cuenta de qué iniciativas se llevan adelante. No hay un posicionamiento a nivel internacional ni existe un acuerdo. Como toda implementación tecnológica la definición que damos desde acá es, si se quiere, una definición más sociológica de la tecnología y de su uso, no una tecnología que baja desprovista de conflictos, ni de intereses, sino que eso forma parte de un debate en un modelo que es capitalista y que tiene los actores, las implicancias y mil aristas a tener en cuenta. Hay que estar en las mesas de debate y registrar y pensar que las construcciones de verosimilitud están empezando a resquebrajarse.

P.: Según su experiencia académica, ¿por qué ciertos candidatos tienen una mejor llegada en redes sociales que otros?

M.S.S.: En la construcción de cómo y para quién se construye el debate hay un nuevo desafío. Hay una modificación del paradigma que tiene que ver con procesos más atomizados y signados por agendas que no están tan basadas en el círculo rojo de construcción de los medios tradicionales, o incluso a través de redes sociales para consumir medios tradicionales que ya casi no se consumen, o se consumen en mucha menor medida. Entonces me parece que está faltando tener la capacidad y la apertura de, sin descuidar una construcción política pública y mediática de discursos y consensos, ver que hay una parte que es mucho más atomizada que implica un desafío de modificación de estrategias comunicacionales y de vehiculización de esos discursos y ahí sí estamos un paso atrás. Igualmente es bastante engañoso pensar que usando una plataforma con mecanismos o discursos propios de otras tecnologías de la comunicación vamos a llegar al electorado.

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