5 de julio 2002 - 00:00

Policía, aún sin jefe: Cafiero duda y altera a los uniformados

El recién llegado ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero, ya altera el escenario de la Policía Bonaerense.

Buenos Aires - Juan Pablo Cafiero logró, en pocas horas de ministro, alterar el ánimo de la Bonaerense: forzó una queja de los retirados, encajonó a un comisario de buen perfil y tiene en vilo a la fuerza sobre el nuevo jefe, aún indefinido.

El cuadro lo completó el apoyo «externo» que Cafiero recibió de León Arslanian, artífice de la reforma policial que Eduardo Duhalde en 1998 y que todavía hoy genera coletazos de ira entre algunos policías.

Hay distintas postales para explicar la confusión que gene-raron las primeras horas del nuevo ministro. A saber:

• El Círculo de Oficiales y el Consejo de Comisarios Generales retirados criticaron la reforma que pretende reeditar Cafiero. «La tan publicitada reorganización policial ha fracasado y queda al descubierto que se trató de una pantalla para disimular el estrepitoso descalabro provincial provocado por la ineptitud y la corrupción», dijeron por carta. También afirmaron que los incidentes de Avellaneda, donde murieron dos jóvenes, fueron armados estratégicamente para «generar caos».

• Todavía no hay nuevo jefe de la Bonaerense. Suenan varios nombres que, explican, Cafiero está «evaluando». Pero ayer, En La Plata dijeron que es una táctica para «que la Policía entienda que no necesita tener jefe mientras haya ministro». Una especie de desafío: imponer el poder político -y fortalecer la imagen del ministro-sobre el poder uniformado. Respecto del elegido, todas las versiones apuntan a José Omar Quinteros, pero también aparecen los comisarios Esteban Lamardo, Alberto Sobrado y Roberto Savasta.

• En la Legislatura, Cafiero ya empezó a coleccionar enemigos. En la Comisión de Seguridad del Senado, ya escribieron una carta para que el ministro vaya a explicar «qué es lo que piensa hacer con la Policía». La nota la operó el senador
Horacio Román, uno de los más feroces detractores de León Arslanian, otro invitado a esta historia.

• Ayer, Arslanian alertó que «las cárceles están sobrepasadas en cuanto a cantidad de internos, y esto es una situación de gravedad extraordinaria que ocasionará, no me cabe la mínima duda, amotinamientos y muertes masivas», dijo en sintonía con el secretario de Derechos Humanos,
Jorge Taiana.

• El comisario mayor
Julio César Frutos, el que criticó por carta a Eduardo Duhalde y la reforma de Arslanian, tuvo que pedir «licencia médica». Frutos expresa el malestar de un sector de la Bonaerense -la segunda línea, a cargo de la cuestión operativa-y tuvo que «irse a su casa» ante una amenaza de expulsión de la fuerza.

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