3 de julio 2008 - 00:00

Tropieza el gobierno y se demora la quita al campo

No sale hoy la ley. Contra la voluntad oficial, pasa a la semana próxima. La dilación se produce por el enérgico rechazo del sector rural. Dramática realidad: ¿para qué sirve la mayoría en el Congreso si la protesta de todas formas iba a continuar?

Se enredó aún más ayer el gobierno con el proyecto de ratificación de las retenciones móviles. Al anuncio de un acuerdo interno en la bancada, ahora otra vez en duda, le siguió el rechazo del campo y de la oposición a las compensacionesque ofrece el kirchnerismo para convencer a los pequeños productores. La conducción del bloque ayer debió volver a la Casa Rosada a negociar otras mejoras para intentar una nueva oferta. No alcanza ya con tener los votos para ratificar el pedido del gobierno: el propio bloque oficial sabe que de nada servirá pagar ese costo político si al día siguiente a la votación vuelve a estallar la protesta. Por ahora, todo se demora hasta la semana próxima.

Los diputados kirchneristas Alberto Cantero Gutiérrez y Walter Agosto, jefes de las comisionesde Agricultura, Ganadería y Presupuesto y Hacienda, no llegaron a debatir la polémicaResolución 125 sobre retenciones móviles. Los acompañaron el macrista Christian Gribaudo,el oficialista fueguino Rubén Sciutto, la pampeana Irma García, el entrerriano RaúlSolanas y el laboralista Jorge Recalde.
Los diputados kirchneristas Alberto Cantero Gutiérrez y Walter Agosto, jefes de las comisiones de Agricultura, Ganadería y Presupuesto y Hacienda, no llegaron a debatir la polémica Resolución 125 sobre retenciones móviles. Los acompañaron el macrista Christian Gribaudo, el oficialista fueguino Rubén Sciutto, la pampeana Irma García, el entrerriano Raúl Solanas y el laboralista Jorge Recalde.
«Nosotros tenemos los votos suficientes para aprobar el proyecto, pero desde el primer día dijimos que íbamos a escuchar a todos y hacer lo imposible por llegar a un consenso.» Con esa definición explicó anoche Agustín Rossi a su manera la situación actual del bloque kirchnerista: a pesar de haber anunciado un acuerdo, el gobierno aún no tiene un proyecto definitivo que convenza a todos y evite entrar en un agravamiento de la crisis con el campo. Todo el proceso entonces comenzó a demorarse: recién hoy se intentará emitir un dictamen y la votación para mañana aun está en duda. El oficialismo volvió así a quedar entrampado ayer en el mismo conflicto que lo aturde desde que Cristina de Kirchner envió al Congreso el proyecto de ratificación de la Resolución 125: no basta sólo con tener los 132 votos que proclaman para votar la norma, sino aprobar una ley que evite el estallido de un nuevo conflicto al día siguiente.

En ese tren Rossi y la conducción de las comisiones de Agricultura y Presupuesto y Hacienda se reunieron una vez más con Alberto Fernández en la Casa Rosada. El objetivo fue aumentar más la oferta de compensaciones frente a las nuevas retenciones a la exportación de soja; con las primeras modificaciones al proyecto habían convencido a parte de la tropa propia, pero no calmaron ni al campo ni a la oposición.

El problema es que ni Cristina de Kirchner ni su marido quieren ceder más. Néstor Kirchner ayer volvió a endurecer su posición. El ex presidente no sólo cree que quedará cediendo más de lo debido ante el campo sino que además está convencido que las mayores compensaciones que incorporaron sus diputados al proyecto le harán perder al Tesoro todo lo que iba a recaudar con las nuevas retenciones.

El martes a la noche Rossi había anunciado un acuerdo interno dentro de su bancada, después de siete horas de debates, para aprobar un proyecto que ratifica primero la Resolución 125 y luego amplía las compensaciones a productores que despachen hasta 750 toneladas, les permite cobrarlas aunque no estén incriptos en el Registro de Exportadores en la AFIP, el acceso de los monotributistas a ese beneficio, más subsidios a fletes fuera de la Región Pampeana y modificar, a través de otra ley, el régimen que fija la Ley de Arrendamientos, un proyecto del ex arista Eduardo Macaluse.

Pero ayer a la mañana la realidadchocó contra el triunfalismo kirchnerista de la noche anterior. El primero en rechazar el nuevo proyecto oficial fue Luciano Miguens de la SRA. Hasta allí la crítica era tolerable para el kirchnerismo ya que las nuevas medidas no atienden a los grandes productores. Pero luego lo siguió Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, en las mismas condiciones. La oposición rechazó unánimemente el proyecto y ni siquiera diputados como Macaluse o Claudio Lozano, a los que el kirchnerismo buscaba seducir, dieron alguna señal de aprobación.

Por eso ayer el bloque de Rossidecidió levantar la reunión de comisión que se había iniciado para emitir un dictamen del proyecto y volver a negociar.

La primera escala fue la Casa Rosada. Allí el gobierno pareció más preocupado por la situación que lo pensado por los diputados. Si bien la ira de Néstor Kirchner continúa, no hubo órdenes directas a Rossi y los suyos. Quedaron así abiertas las vías para negociar más fondos a los pequeños productores. El nuevo objetivo a ofrecer es un paquete de reintegros que equipare para los pequeños productores la rentabilidad con la soja que hoy tienen los grandes pools de siembra. Eso significa: repartir más fondos. A la vuelta de la Casa de Gobierno, los diputados kirchneristas intentaron abrir nuevas vías de negociación: esta vez no es sólo con los productores de la Federación Agraria, con quienes ya cruzaban teléfonos, sino también con el socialismo, los radicales, Lozano y el bloque de Macaluse. Habrá hoy, entonces, nuevas conversaciones antes de una nueva reunión de comisión convocada para las 10.00. 

Deberán superar, de todas formas, una oposición que se mantiene dura. «Creían que tenían número porque contaban con Macaluse y Lozano. Hoy Macaluse reculó y se le está cayendo el número», decía anoche en la Coalición Cívica, que no mantiene buenas relaciones con su ex socio en el ARI.

Pero los presidentes de los bloques opositores tenían también otro punto a debatir: dar o no los dos tercios necesarios en la sesión que el kirchnerismo quiere armar mañana.

El radical Oscar Aguad fue contundente: «La gente de ellos advierte que no se puede dictar una ley para volver al conflicto. Si las entidades del campo piden que le demos los dos tercios al oficialismo, vamos a bajar». Eso significa que sólo un acuerdo general sobre el nuevo ofrecimiento que pueda hacer el gobierno conseguirá destrabar la votación esta semana.

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