Voto cantado en Chubut: ganó cómodo Das Neves. Voto sorpresa en el Chaco: Capitanich pelea a Rozas
Lo que parecía un paseo electoral para Angel Rozas, candidato radical a la gobernación del Chaco, le daba esta madrugada un nervio especial a esa jornada: pasadas las 23.30 y con 50% de los votos escrutados, el peronista Jorge Capitanich lo superaba por más de dos puntos. Faltaban, es cierto, los resultados de la elección en un departamento clave, Presidencia Roque Sáenz Peña, que tiene casi 12% de los sufragantes totales de la provincia, que podían modificar ese resultado en la madrugada de hoy. Una elección notable de este Capitanich, a quien el gobierno Kirchner abandonó en la campaña, nunca recibió la visita del Presidente en la provincia ni lo exhibió en actos en el Salón Blanco. Lo abandonó a su suerte, pese a que tratará el gobierno de atribuirse el buen resultado que logra Capitanich, quien rechazó la marca Frente para la Victoria y fue a las urnas como Partido Justicialista. Toda una señal. No sorprendió, en cambio, el aplastante triunfo del peronista neokirchnerista Mario Das Neves en la elección a gobernador de Chubut por 72% de los votos frente a un alicaído radicalismo provincial.
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En la otra vereda, Rozas (junto al intendente de Saénz Peña, Carim Peche) peleaba en desventaja la posibilidad de arañar un tercer mandato (tras sus gestiones entre 1995 y 2003) para retener una hegemonía de 12 años del oficialismo -que lidera la UCR-, aunque a todas luces redondeaba la peor performance de la alianza desde 1995 (esperaba ganar por cerca de 20 puntos). Ello, en el marco de un escenario partidario nacional dominado por los gobernadores radicales K, donde Chaco aparece -al menos en los papeles- como una isla en materia de su falta de alineamiento con el Presidente y su apagada sintonía con Roberto Lavagna.
Anoche, en el oficialismo gobernante sospechaban que esa postal de aislamiento respecto de Balcarce 50 -que intentaron superar en los últimos meses con coqueteos con Kirchner- influyó en el resultado, lo mismo que la complicada situación social que atraviesa la provincia, que derivó por caso en una reciente cadena de denuncias sobre la muerte de aborígenes por cuadros de desnutrición. Sin embargo, el Frente para la Victoria no presentó candidato.
En tercer lugar, muy lejos, se ubicaba la candidata del ARI, Alicia Terada, quien no logró en tierras de la candidata presidencial de Coalición Cívica, Elisa Carrió, dar la sorpresa que el 24 de junio llevó a las primeras planas a la legisladora nacional, Fabiana Ríos, al vencer a Hugo Cóccaro en el ballottage fueguino.
Esperando otra derrota de Capitanich en las urnas -como las de 1999 (ante el propio Rozas, por cerca de 30 puntos) y de 2003 (ante Nikisch, por poco más de 10 puntos)-, el Presidente virtualmente abandonó a suerte al actual senador nacional en la campaña.
Es más: no sólo pisó meses atrás la provincia únicamente para participar de un acto institucional (por el aniversario de la masacre de Margarita Belén), sino que además cultivó con Rozas un pacto de no agresión, pese a que el ex titular de la convención nacional de la UCR cuestionó la política de Concertación de la Casa Rosada que cobijó bajo su seno a todos los gobernadores radicales, menos a Nikisch (al menos, en los papeles).
De hecho, el kirchnerista Partido de la Victoria -que lidera el delegado del Ministerio de Trabajo, José Luis Valenzuela- no se encolumnó detrás de Capitanich.
«La responsabilidad de una victoria o una derrota es absolutamente mía», le dijo Capitanich a este diario la semana pasada, aunque ayer dijo haber mantenido varios contactos telefónicos con Kirchner y con muchos de sus ministros para mantenerlos al tanto del avance del muy estrecho escrutinio.
En rigor, en los inicios de la campaña, Kirchner le había pedido a Capitanich que se expusiera como candidato a gobernador, pese a que su deseo era pelear una reelección en la Cámara alta, donde preside la comisión de Presupuesto y Hacienda y es quien garantizó que se votaran todos los proyectos kirchneristas. El acuerdo habilitó una doble candidatura, para la gobernación y para la senaduría.
Cerca de las 22, Capitanich dijo en conferencia de prensa que la tendencia marcaba un triunfo de «uno a tres puntos, en primera vuelta, por entre 5 a 15 mil votos», con una victoria en Resistencia por alrededor de «10 mil votos». Rozas, en cambio, optó por el silencio y ordenó desmontar el escenario previsto para los festejos, que sí desplegaron los peronistas con una caravana.
La llave de la buena elección de Capitanich fue la buena elección que hizo en Resistencia, donde se impuso la UCR a nivel local (logró su reelección Aída Ayala), pero hubo un importante corte de boleta que perjudicó a Rozas.
El reñido escrutinio provisorio mostraba ayer importantes demoras que no cuentan antecedentes en la provincia, y que inevitablemente trajeron a la memoria a la polémica elección del pasado 2 de setiembre en Córdoba. Allí, tras un recuento que se extendió por más de 16 horas, se impuso el candidato del oficialismo, el justicialista Juan Schiaretti por sólo 1,1% de los votos, victoria no admitida aún por el perdidoso Luis Juez, quien denuncia fraude.
Sin embargo, fuentes chaqueñas atribuyeron este escenario a las demoras en la llegada de los telegramas del Correo Argentino al centro de cómputos -en parte, por el mal clima-, lo que impactó en el conteo, que en este distrito es llevado adelante por la empresa provincial Ecom Chaco (en Córdoba, fue realizado en cambio por el Correo Argentino).
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