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Por el paro del campo, provincias recaudaron menos de lo previsto
Según Montoya, «el tema es cuál va a ser el desenlace», aunque se mostró optimista en el sentido de que «los pronósticos sitúan al crecimiento en torno a 6% o 7% y creo que los argentinos podemos vivir con un crecimiento así».
El titular de ARBA advirtió que en marzo la provincia registró una caída drástica en el cobro del impuesto inmobiliario rural. «Nunca nos había pasado un nivel de incumplimiento tan alto. Cuando se esperaba cobrar alrededor de $ 200 millones, se llegó a los $ 80 millones, aún a pesar de que este impuesto es una limosna: 1,20 peso por hectárea por mes», se quejó. En otros distritos, la situación no dista de asemejarse a la de Buenos Aires, y suma como agravante el incumplimiento de la Casa Rosada en los envíos vinculados a obra pública y asistencia social, entre otros ítems.
Consultados, varios ministros de Economía del interior trazaron, sin embargo, un escenario de prudencia, y revelaron que esperan una caída de la recaudación de junio por debajo de lo presupuestado. «Creemos que junio rondará una caída del orden de 15%, idéntica a la de mayo», anticipó el titular del área de Hacienda de una de las tres provincias más afectadas por el paro.
El Chaco, por caso, volvió a obtener buenos rendimientos en materia de recaudación fiscal durante junio, del orden de 30,48%, lo que permitió cerrar un primer semestre con muy buenos resultados en cuanto a ingresos. Sin embargo, el gobiernode Jorge Capitanich había hecho una previsión de 42%. La misma situación registra Formosa, que el mes pasado recaudó 3% más que en mayo, pero no se acercó a las perspectivas más optimistas que imaginaban un aumento de 10%.
El Impuesto a los Ingresos Brutos fue el que más se destacó y, como es habitual, representa el grueso de los ingresos de la provincia. Aunque aumentó, este rubro sufrió una baja en el sector de convenios multilaterales por los bloqueos en las rutas que impidieron la llegada de productos y provocaron desabastecimiento, con lo cual se dio una baja de casi 10%.
No es el primer síntoma de una retracción que ya venía evidenciándose, en rigor, mucho antes de que estallara el conflicto con el agro. De hecho, el embate de los ruralistas actuó como disparador para que muchos gobernadores, tímidamente unos y enfáticamente otros, hicieran público su deseo de que se rediscuta la Ley de Coparticipación Federal. Imaginan en ese bosquejo la inclusión de las retenciones a las exportaciones, un tributo que al igual que parte del impuesto al cheque o las retenciones a la minería, no están contemplados en la torta nacional que se reparte.
Ese cierto nivel de autismo que parece ejercer el gobierno frente a las realidades del interior tiene su explicación: estos ingresos que hoy no se distribuyen entre las provincias paradójicamente, son ellas las que los generan-actúan de colchón del superávit nacional que tanto oxígeno le aporta a la política económica argentina.
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