Es de público conocimiento que no es recomendable el consumo de alimentos ultraprocesados. Según diversos estudios científicos, este tipo de comida no sólo afecta al cuerpo, sino también tiene un importante impacto en el cerebro.
Un nuevo estudio confirma cómo los alimentos ultraprocesados afectan al cerebro
La alimentación es importante para la salud y el bienestar. Es necesario ser más consciente de lo que consumimos y el impacto que tiene en nuestro cuerpo.
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Algunas investigaciones recientes reflejan el vínculo entre una alimentación basada en "comida chatarra", como las papas fritas, snacks envasados, etc., y cambios en el aprendizaje, la capacidad de la memoria y las emociones. Una alimentación variada y consciente permitirá potenciar la salud general de tu organismo. Muchas veces se consumen alimentos sin conocer sus verdaderos componentes.
Qué son los alimentos ultraprocesados
Los alimentos ultraprocesados son productos alimenticios que han sido sometidos a múltiples procesos industriales, generalmente contienen ingredientes artificiales y aditivos para mejorar su sabor, textura, color y durabilidad. Lo cual no solo los convierte en un consumo de calorías vacías, es decir sin valor nutricional, sino que también los convierte en sustancias que resultan adictivas.
El principal problema de estos alimentos es que tienden a ser bajos en nutrientes y altos en calorías, grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio. Su consumo excesivo puede contribuir a problemas de salud como la obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Pero además, puede tener un impacto negativo en el cerebro.
Cómo afectan los alimentos ultraprocesados al cerebro
En un estudio reciente publicado en la revista Cell Metabolism, los investigadores prepararon a los participantes con dos tipos diferentes de colaciones y observaron una respuesta tardía del cerebro a una señal de un alimento alto en grasas y azúcar.
Las personas comieron un alimento ultraprocesado durante ocho semanas y registraron una mayor actividad en partes del cerebro que crean dopamina, un neurotransmisor involucrado en la motivación, el aprendizaje, la expectativa y la recompensa, cuando veían una señal que les decía que esperaran otro alimento con alto contenido de azúcar y grasa. Esto comprueba el desarrollo de una relación de dependencia con este tipo de comida.
“Cuando ven el cartel de su lugar de comida rápida favorito o el empaque de ella, tienen más actividad cerebral y potencialmente sienten más antojos que podrían hacerlos más propensos a consumir ese alimento”, dijo Alexandra Di Feliceantonio, directora asociada del Centro de Investigación de Comportamientos de Salud de Virginia Tech, quien fue coautora del estudio.
Los cambios en el sistema de recompensa del cerebro causados por alimentos ricos en grasas y azúcares podrían contribuir a problemas de salud mental, según analizó también Di Feliceantonio.
Otros estudios también mostraron una relación entre el consumo de grasas saturadas y azúcar en cantidades elevadas y un déficit en el rendimiento del cerebro y la capacidad del aprendizaje.
La salud mental y el estado de ánimo también se ven afectados por la dieta. Varios estudios recientes han registrado un mayor riesgo de depresión en las personas que consumen gran cantidad de alimentos ultraprocesados. Además, se registraron indicios de ansiedad y problemas de sueño.
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