Era casi las 20 del martes 18 cuando en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la UBA 400 estudiantes, académicos y emprendedores fueron testigos de un intercambio acalorado y pocas veces visto: Gavin Wood, autor del código de Ethereum y fundador de Polkadot, preguntaba con insistencia a Primavera de Filippi, abogada francesa experta en regulación de Blockchain, cómo determinar la jurisdicción de un hecho hipotético que ocurriera sobre una Blockchain.
Gavin Wood en Buenos Aires: el choque entre Blockchain, regulación y el futuro digital de América Latina
El ícono de la internet descentralizada disertó en la UTN y en la UBA. Luego viajó a Santiago del Estero para analizar las ventajas de Blockchain a los gobernadores del Norte Grande.
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Gavin Wood, autor del código de Ethereum y fundador de Polkadot
A la derecha del público, Juan Corvalán, Director del Laboratorio de Innovación e Inteligencia Artificial (IALAB) de esa institución contextualizaba el debate: “Creo que, a diferencia de la Inteligencia Artificial, una de las dificultades que Blockchain tiene a la hora de escalar es que su adopción está condicionada por estos desafíos (…) la experiencia de usuario no es tan buena, y la incorporación en el entramado social choca, quizá, porque es una tecnología que originalmente fue pensada para el dinero”.
Esto es sólo un fragmento de lo que ocurrió entre el lunes y el viernes pasado.
Antes, la división educativa de Polkadot había celebrado la firma de un convenio marco con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) cuyo broche de oro fue la conferencia en la que Wood explicó la nueva fase de Polkadot, JAM (Join-Accumulated Machine) una “supercomputadora universal”, en sus propias palabras, que agrega una capa de tecnología para que los programadores suban sus soluciones con mayor agilidad.
Sin ir tan profundo en la arquitectura de software, JAM fue pensada como una estructura que “permitirá a los programadores utilizar nuestra plataforma en forma similar a como actualmente usan los servicios en la nube que ofrecen las grandes compañías tecnológicas”. Eso significa que JAM admitirá todos los lenguajes de programación, mientras que hasta ahora Polkadot sólo funciona con Rust y Substract, los lenguajes nativos.
La capa de tecnología que Wood suma a Polkadot hace que la plataforma comience a operar como hoy funciona un disco rígido cuyos núcleos procesan información, solo que este diseño está distribuido en la red sin perder robustez ni seguridad. El mismo Wood explica que “hemos hecho este desarrollo porque entendimos que hacía falta más usabilidad en la red descentralizada” en referencia a simplificar el montaje de aplicaciones, plataformas de servicios, etc. a quienes pretenden crear soluciones preservando la privacidad del usuario.
El momento de América Latina
En diálogo con Ámbito, Marina Marchesotti Directora de área del IALAB y responsable de negocios de Polkadot Blockchain Academy (PBA) destacó el posicionamiento de Argentina como “polo Blockchain a nivel mundial” y ofreció una mirada regional.
“Gavin insiste siempre en lo fundamental de la educación para generar pensamiento crítico. Nosotros, no es casual, vinimos a la UTN y a la UBA a contarles a más de mil jóvenes cuál es la tecnología del futuro, que hoy ya se utiliza, aunque no lo sepamos” explicó, en referencia a que “casi todos los bancos del mundo ya han montado el registro de sus activos en Blockchain, sólo que no lo dicen (…) uno abre la aplicación, usa el dinero, y no sabe que ellos mismos aseguran la información usando esta tecnología. A mí, como argentina, me emociona que vengamos a contarles a adolescentes del interior de nuestro país cómo el día de mañana van a poder emprender, ser artistas, usar dinero, o lo que quieran, sin necesidad de intermediarios con los que nosotros hoy lidiamos porque todavía esto no evolucionó (…) me parece que, en América Latina, con el talento que tenemos, y la necesidad de innovar, está el contexto más favorable para que demos el salto”.
Periodista: Esta tarde vimos 400 estudiantes de nivel secundario participando y completamente motivados por Lovisa Bjorna y Primavera de Filippi…
Marina Marchesotti: -Respira profundo, sonríe con los ojos humedecidos- Es que ellos nos están marcando el camino. ¿Viste ese chico que levantó la mano sobre el final de la charla y preguntó sobe si se podía usar Blockchain en las elecciones para registrar el voto? Ellos no traen esa mirada tipo ‘Blockchain es cripto y significa ser hacker con una capucha en la cabeza, escondido en un sótano’. Están entendiendo que hay otra internet, otra forma de pensar la tecnología, más libre. Obviamente con 17 años, no tienen tanto prejuicio y están más dispuestos a preguntarse por qué ciertas empresas se quedan con nuestros datos, por qué si un data center no funciona se caen las plataformas de medio mundo.
P: Por otro lado, mañana el encuentro es con políticos, y Wood señaló varias veces su escepticismo acerca de la intención de innovar de quienes tienen cargos electos.
MM: Es cierto, pero fijate que fueron ellos los que lo invitaron, y van a darle un reconocimiento antes de la charla. Digo, aún acá donde hay un presidente que tiene una causa vinculada con criptomonedas, todos entendieron que Gavin Wood está pensando la sociedad del futuro, se fue de Ethereum harto de la especulación, y creó Polkadot. Ustedes lo entrevistaron, es un tecnólogo que piensa qué necesita el mundo para mejorar, y se pone a hacerlo.
Reflexiones de cara al futuro
Por los pasillos del Forum Convention Center de Santiago, las reuniones espontáneas entre emprendedores, académicos y entusiastas de la tecnología permitían escuchar, por ejemplo, propuestas de envío de dinero entre países sudamericanos con stablecoins en acuerdo con pasarelas de pago; aplicaciones para fanáticos del deporte, que brindan recompensas por su uso; gamificación de experiencias educativas; y proyectos de financiamiento de desarrollo de países de Centro América mediante un token.
Sobre esto último, Rodolfo Pou, arquitecto dominicano director de Diaspora and Development Foundation, un think tank que investiga opciones de desarrollo de países emergentes a través de la inversión de los emigrados, señaló “ha resultado esclarecedor estar en Buenos Aires y conocer a uno de los creadores de esta tecnología con la que estamos analizando disponer una herramienta que les permita a los dominicanos en el exterior invertir en su país de origen en forma directa”.
Ahora bien. El vertiginoso auge de los agentes de IA plantea “un escenario de total incertidumbre” según Corvalán. En este escenario, signado por la enorme dificultad que se nos presenta a la hora de distinguir lo verdadero de lo falso, “Blockchain nos ofrece certeza criptográfica, pero su adopción impone desafíos como, por ejemplo, la necesidad de cierta regulación”.
Respecto de ese punto, la investigadora De Filippi subrayó, el martes a la noche durante sus intervenciones en la UBA, que “así como en el derecho anglosajón existe el Rule Of Law en el mundo digital debería aplicarse Rule By Code” es decir, si las soluciones digitales corren sobre Blockchain, nadie puede ponerse por encima del código, que es inmutable.
Sin embargo, esta tecnología, pensada originalmente para asegurar transacciones con activos digitales, ha resistido el acople de estructuras propias del orden social democrático.
Ante los gobernadores del Norte Grande, Wood repasó ejemplos notorios según los cuales establecer gobiernos tradicionales sobre Blockchain sería un error; mencionó la crisis financiera de 2008, WikiLeaks y Snowden como claros ejemplos de las consecuencias de la centralización de la información y la regulación tradicional de burócratas “generalmente incompetentes”.
Por momentos, algunos análisis tecnológicos resultan desafiantes porque son de frontera. “Es difícil pensar desde el presente lo que va a modelar nuestro futuro”, sostuvo Marchesotti en una de sus intervenciones. Parece acertada la precaución de ver cómo las tecnologías últimamente nos sorprenden, y entender que las sociedades se adaptan a un ritmo mucho más veloz que el que siguen las reglas.
Sin embargo, del otro lado, el riesgo de daños como resultado de un avance sin control siempre nos pone a la defensiva. Wood insiste en que al descentralizar la información ya no necesitamos muchas de las autoridades y estructuras que hoy determinan nuestra vida, y que entonces debemos ser libres y responsables; en sus palabras, más que sujetos, “agentes”.
Quizá hay aquí un detalle a observar. La tecnología no funciona igual en todas las sociedades. La empresa creadora de Tik Tok es China y, en ese país, la red social de los videos cortos está censurada. En Europa la biometría fue regulada desde el inicio fortaleciendo la privacidad del usuario, mientras que en Estados Unidos su uso está aceptado casi sin límites.
Los países que hoy día muestran mayor predisposición a adoptar Blockchain no poseen economías desarrolladas ni instituciones democráticas fuertes. Tomando como indicador las criptomonedas -y dejando de lado Estados Unidos por su tradición especulativa y lo favorable de las monedas estables atadas al dólar- el ranking de cantidad de usuarios muestra India, Brasil, Vietnam, Filipinas, Indonesia.
Las normas e instituciones, especialmente la Justicia, son necesarias allí donde es más probable que quien tiene poder perjudique al más débil.
Así como en los países nórdicos la innovación tecnológica presenta menos riesgos de injusticia, en naciones como las citadas los índices globalmente aceptados permiten inferir que cuando se adopta una tecnología tan disruptiva como Blockchain sin autoridades ni reglas del juego claras, y como medio de inclusión tecnológica y/o financiera, crece el riesgo de ahondar las asimetrías.
Hasta ahora América Latina ha visto pasar las olas tecnológicas sin ser jamás protagonista. Si bien el momento actual de Blockchain renueva la ilusión de aprovechar la oportunidad y liderar, los graves problemas regionales obligan a la aguzar el sentido de la mesura.
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