Después de idas y vueltas, mensajes confusos y pocas explicaciones, el Gobierno confirmó que planea incrementar los derechos de exportación a todos los sectores exportadores en 2024, incluido el agro. Tras una reunión entre las autoridades que llevan adelante la política agropecuaria y los referentes de la Mesa de Enlace, se acordó analizar la realidad de cada una de las economías regionales sobre las que pesará el cobro de un 15% en concepto de DEX, a excepción del complejo soja que continuará con el 30%.
Retenciones: una tentación irresistible
El Gobierno encaró un severo ajuste fiscal y confirmó que planea cobrar derechos de exportación a múltiples actividades productivas. Opiniones divididas en el sector rural.
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Si bien el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella destacó que “la reunión fue muy positiva” y que “se generó una mesa de diálogo”, en el agro la medida no cayó bien entre los productores.
Vilella aclaró a los cuatro vientos que hay coincidencia con la Mesa de Enlace en cuanto a la preocupación por el aumento de los derechos de exportación, lo cual debe ser leído como una manera de minimizar el asunto bajo el aura de la comprensión o como un mensaje hacia el propio Luis Caputo. En este sentido es oportuno recordar que durante el período en el que Milei era presidente electo, trascendió en varias oportunidades que Vilella estaba demorando su aceptación al cargo porque había temas en los que sería “inflexible”. Uno de esos temas eran las retenciones. En aquel momento se pensaba que podría haber algún tipo de beneficio para el agro, nunca una penalidad. Si bien el nuevo Gobierno tiene en claro cuáles son sus objetivos, también es real que los productores y la dirigencia rural tienen todo el derecho a reclamar y a desconfiar. Por eso, a pesar de haber transcurrido pocos días desde el inicio de la gestión hay quienes no aceptan las nuevas medidas, porque el mismo argumento de temporalidad y de la luz al final del túnel, ya lo escucharon una decena de veces, por eso hay que entender que el que se quemó con retenciones escucha esto y llora.
Mal, pero no tan mal
Por ahora, la “devaluación compensada” implica una mejora para el 80% de las producciones agrobioindustriales, si se compara con la realidad de hace una semana. Esto es así gracias al achicamiento de la brecha cambiaria.
Sin embargo, esta mejora competitiva podría agotarse rápido. Un trabajo de CREA señala que “si bien el tipo de cambio real es el más alto desde 2002, la inflación podría reducir en poco tiempo este beneficio, además de recortar la capacidad de compra de los consumidores, impactando en cadenas como la ganadería y la lechería”. Nada que no haya pasado en los últimos años.
A partir de ahora, el riesgo radica en que el ancla cambiaria pierda espacio ante la presión inflacionaria. La idea de un ajuste del TC al 2% mensual frente a una inflación que correrá a una velocidad pocas veces vista, tendrá como consecuencia una pérdida de competitividad en el sector exportador y promoverá las importaciones. Otra vez, nada que no haya pasado en los últimos años.
Pero el gran problema será cuando comience la campaña agrícola 2024/2025, por el mes de abril, cuando las pymes del agro hagan números y busquen insumos para trigo y cebada, o peor aún cuando el año avance y haya que pensar en la próxima gruesa. ¿Cuál será el tipo de cambio importador que regirá para la compra de insumos para encarar la siembra? Ese tipo de cambio -que por el Impuesto PAIS cotiza por encima del dólar exportador- podría ser un salvavidas de plomo para quienes busquen una mayor productividad. En un campo alquilado, más que hábil agrónomo habrá que ser mago para conseguir rentabilidad, a menos que para ese entonces hayamos transitado otra devaluación del peso.
El dinero en disputa
Juan Manuel Garzón, economista del IERAL (Fundación Mediterránea), estimó que en 2024, por la recuperación de cosecha, el agro estaría aportando unos u$s6.300 millones por retenciones. Esto es un 43% más que este año, que estuvo fuertemente afectado por la sequía. Al subir alícuotas, el Gobierno nacional le está pidiendo al sector un extra de unos u$s1.080 millones.
Los cálculos incluyen DEX sobre principales granos y sus derivados industriales, carne bovina, lácteos y alimentos balanceados pero no incorpora en el cálculo frutas, legumbres, carne aviar, etc..
Retenciones: el planteo de las provincias
Mañana, los gobernadores acudirán a la convocatoria que realizó la semana pasada el presidente Javier Milei. La implementación de los DEX a las economías regionales, que afectan a la gran mayoría, será uno de los temas que se pondrá sobre la mesa. En diálogo con Ámbito, Sergio Busso, ministro de bioagroindustria de la provincia de Córdoba, anticipó que el gobernador Martín Llaryora realizará un planeo sobre este punto, en particular por el maní y la lechería.
Es que las economías regionales -a pesar de la quita de retenciones que decretó el exministro de economía Sergio Massa, nunca lograron levantar cabeza. Según el último informe de Coninagro, de un total de 19 actividades, 17 muestran señales de alerta o quebranto.
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