22 de diciembre 2003 - 00:00

La pelea llegó al gallinero

La pelea entre Maza y Quintela dista de ser coyuntural. En 1999, ambos se presentaron para la gobernación por diferentes sublemas del justicialismo y ganó el primero.Quintela recobró el sabor de la victoria recién en la última elección municipal, en la que venció a su compañero del PJ Bengolea por 400 votos. Y para poner al límite la paciencia de Maza, se acercó al enemigo número 1 de la Gobernación, Jorge Yoma, del Frente con Todos.
La disputa por el pago a los municipales -una caja de alrededor de
$ 1.500.000 para 2.500 empleados- hizo zozobrar un encuentro previsto entre Quintela y el hombre con quien tiene mejor relación en el gobierno, el vicegobernador y jefe de Gabinete, Luis Beder Herrera.
Como en La Rioja
no hay coparticipación entre provincia y municipios, la mejor venganza que hasta ahora encontró el intendente capitalino fue instruir a los inspectores para que multen a todas aquellas familias que tengan en sus viviendas pollos entregados por Bengolea, aunque muchos se preguntan qué culpa tendrán los pollos y más aún las personas que los necesitan.
La seducción de Beder Herrera con Quintela no pudo con la posición pública asumida por Maza, quien reiteró que no está dispuesto a ceder en
la centralización del pago de los salarios municipales en la provincia.
A su vez, Quintela aseguró que no enviará las planillas para el pago de haberes de este mes de los empleados municipales al Ministerio de Hacienda y Obras Públicas, lo que podría desembocar en una presión extra a la mala relación con Maza.
Fundamentalmente, porque los trabajadores querrán cobrar y esa situación terminaría en que el gobierno provincial envíe los recursos por la misma presión para que no se produzcan males mayores.

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