... que varias fueron las reuniones de los últimos días, la mayoría coincidente con rurales del interior, y en todas ellas el gobierno nacional no llevó, justamente, la mejor parte. Ni la esperada lluvia, que sirvió para mejorar sensiblemente los pronósticos de los cultivos, alcanzó para enfriar los recalentados ánimos de los productores y bajar los decibeles de los encendidos discursos de los dirigentes, cada vez más acorralados por sus bases. Tanto fue así que hasta la Federación Agraria de Eduardo Buzzi se vio impulsada a una improvisada protesta, mientras la reaparición mediática del ahora subsecretario de Coordinación Agropecuaria y ex secretario de Agricultura, Miguel Santiago Campos, terminaba de colmar los ánimos de los productores, ya alterados por «dichos y hechos» proselitistas tanto del gobierno como de la horda de candidatos oficiales, pero también de otros varios que ahora quieren aparecer como opositores, tal el caso del ex ministro Roberto Lavagna. Entre tanta ida y vuelta hasta se pudo conmemorar el 4° aniversario del Consejo Auditor del Agua, que hace el seguimiento del ya histórico Plan Maestro de la Cuenca del Salado (a pesar del avance de la estratégica obra, «cada 100 años habrá una inundación inevitable», se afirmó allí), celebrar una nueva reunión del Centro de Estudios e Investigación para la Dirigencia Agroindustrial ( CEIDA) en la centenaria sede ruralista de la calle Florida, y concurrir a un casamiento PP (Puro Pedigrí, ya que ambos contrayentes provienen de familias dedicadas a la consignación ganadera).
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... que «en el mundo ya hay cosas que no se discuten, por ejemplo, el mercado y sus reglas», señaló el político y analista Vicente Massot en un nuevo encuentro del CEIDA en la sede de La Rural. La máxima, sin embargo, no parece ser conocida por la economista K Mercedes Marcó del Pont. Es que la mujer, actual legisladora, en una aparición televisiva de campaña, y a pesar de la obvia realidad, volvió a sostener que «el proceso inflacionario se frena con más regulaciones». Tras afirmar, en alusión a la carne vacuna, que «crecen el stock y la productividad», y señalar a la «oligopolización» (sic) del mercado de la carne como la causante de la firmeza actual de los precios, Marcó volvió a hacer agua con una pregunta terriblemente simple disparada por su eventual contrincante en ese momento, Javier González Fraga (que suena para Economía si Lavagna llega a la presidencia, y que ya adelantó su decisión de mantener, en ese caso, las retencionesal campo): «¿Sabés cuánto cuesta un kilo de asado?», preguntó el ex titular del Banco Central, y con eso prácticamente terminó el reportaje. Algo similar le hubiera ocurrido a Campos, ahora bajo el paraguas protector de Alberto Fernández en la Jefatura de Gabinete, si sus afirmaciones hubieran sido verbales. Para su desgracia, fueron gráficas, por lo que quedarán escritas «per secula seculorum». Es que, tal vez añorando su olvidable paso por Agricultura, el hombre intentó esbozar un programa agropecuario, del tipo de las «cocinas rurales» que lanzó en su gestión. Ahora, según Campos, les llegó el turno a los «supercongelados», «que los puede hacer el mismo empleado que trabajó en el campo» (sic). La propuesta hizo recordar a la insólita de Domingo Cavallo, a principios de la década pasada, cuando planteó como alternativa para el campo y para evitar la caída de las pymes del sector, la diversificación, por ejemplo haciendo «carpinchos». Evidentemente, es más fácil que triunfen los malos ejemplos que los buenos.
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... que, a pesar de la variedad de temas (el cierre de los registros de granos; el llamativo precio de la cebada a $ 195 por tonelada, la posibilidad de que Buenos Aires pierda su Ministerio de Asuntos Agrarios en pos de uno de la Producción que podría caer en manos de Débora Giorgi, todo si gana Daniel Scioli; o la incógnita por la no aparición de algunos funcionarios del área, como el titular del SENASA, Jorge Amaya, el subsecretario Fernando Nebbia, etc.), el que dominó todas las mesas en todos los encuentros volvió a ser la carne. Es que el previsible fortalecimiento del producto a partir de las lluvias reeditó la inquietud de algunos funcionarios y, por ende, disparó la de empresarios de toda la cadena. Naturalmente, en estos casos también saltan todas las miserabilidades humanas y, como es más fácil echarle la culpa al otro que enfrentar al funcionario de turno ( especialmente cuando la valentía no es la moneda más corriente), los conflictos comenzaron a multiplicarse. Conociendo los personajes y sus trayectorias, la más escandalosa es la que encarnan los frigoríficos de consumo, ahora abiertamente en contra de las cooperativas de trabajo que explotan algunas plantas. «El corralito», «El corralón», o «La mesa de happening» (por el lugar donde se reúnen semanalmente), es uno de los grupos visibles más activos donde, hay que destacar,no están todos los consumeros. El motivo del grupo, sin embargo, no sería tan altruista como pelear por la igualdad impositiva, o para evitar la competencia desleal, como quieren hacer aparecer, sino que tratarían de evitar la aparición de nuevas empresas que no «acatan» las normas que impone este grupo. «Se trata de 10 o 15 empresas consumeras que se cartelizaron para fijar el precio del recupero, y aplican prácticas mafiosas para dejar cautivos a otros frigoríficos y a los matarifes», señaló un conocido operador que, por razones obvias, no quiso ser identificado. Pero también la eventual modificación de la ley de marcas y señales; el muy alto porcentaje de hembras que se sigue faenando (que habla de « liquidación» del stock), o la posibilidad de que se reediten las intervenciones del secretario Guillermo Moreno a los mercados de hacienda y de carne, fueron los temas más abordados. Aunque, en el trasfondo, el planteo de la modernización del consumo (que ya tuvo lugar hace más de una década), que impondría la venta de la res en cuartos o cortes, es el más urticante, especialmente en algunos grupos de la industria de consumo. En el fondo, como en los 90, el rechazo pasa más por el blanqueo impositivo que impone que por otro tipo de problemas o razones, todas perfectamente atendibles y solucionables. «La venta actual de la carne mayorista en medias reses es como si quisiéramos volver al lechero con el tarro en la puerta de las casas. Hoy a nadie se le ocurriría comprar leche suelta y sin pasteurizar, pero aún se acepta en la carne», señaló el informante. El tema, de todos modos, deberá esperar hasta después de las elecciones para saber si hay algún movimiento o no.
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