Lentamente avanza la siembra de girasol en todo el territorio nacional. A pesar del optimismo manifestado por muchos, el área que se sembraría con girasol aumentaría solamente 5% en relación con el año pasado. Se calcula que se sembrarán alrededor de 2.100.000 hectáreas contra 2 millones de hectáreas del período precedente. Estos guarismos están muy lejos de lo pronosticado por varios «opinólogos» y por las propias autoridades nacionales del sector, quienes vaticinaron un aumento de la superficie que sería mayor a 14% (2.260.000 hectáreas). Lógicamente, muchos operadores granarios no tomaron muy en serio estas estimaciones, ya que en los últimos meses todos hemos sido testigos de discursos oficiales plagados de desatinos y desaciertos. Escuchamos los pronósticos que indicaban que la Argentina produciría este año 20 millones de toneladas de trigo, hecho ya desmentido. No olvidemos tampoco el publicitado pronóstico de la supermegaproducción granaria nacional. Se dijo que llegaremos a producir 73 millones de toneladas de granos y algodón para el corriente ciclo. Y por lo que se está viendo hasta este momento, será muy difícil poder llegar a estas interesantes pero imaginativas cifras. Sería mucho más conducente intentar convencer a los productores que siembren girasol no con meras palabras exitistas sino con hechos concretos como es apoyo crediticio, desgravaciones impositivas, seguros de precios, o hasta con la implementación de algún subsidio. En el mundo actual, solamente en la Argentina «subsidio» suena como una mala palabra. Los productores han decidido repetir el área de girasol del año pasado o aumentarla levemente, porque bien saben lo difícil y poco transparente que es el mercado de esta oleaginosa. Porque a pesar de que los «gurúes» nacionales indican que el girasol va a valer mucha plata, todos se preguntan por qué este año no registró esos valores, cuando la producción bajó su volumen 50% en nuestro país. Esta baja de tonelaje producido más de 3 millones de toneladas¿no influyó nada en la oferta y la demanda mundiales? «Si con 7 millones de producción se divertían con el manejo de los precios, ¿se imaginan lo que pueden hacer ahora con sólo la mitad de ese volumen...? preguntaba con sorna un experimentado operador de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. En definitiva, los productores han aprendido la lección. Prefieren invertir en soja, trigo, maíz o cebada antes de poner su dinero en un cultivo como el girasol, que es vidrioso en su producción, complicado en su cosecha y almacenaje, y difícil en su comercialización con poca transparencia en los precios basta ver el poco volumen operado en los mercados de futuros.
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Debemos considerar, además, que en el último año el exceso de precipitaciones y la alta humedad ambiente hicieron todo tipo de estragos en el momento de la cosecha, trayendo menores rindes por hectárea y problemas graves de calidad comercial. Si se cumple el área de 2.100.000 hectáreas de siembra, se estima que la producción de girasol sería de 3.225.000 toneladas, representando 9% de aumento. A pesar de la promoción del «siembre girasol por el bien de la patria», los productores saben el verdadero motivo que se encuentra oculto en este tipo de mensaje. Los productores agropecuarios argentinos pueden estar con problemas financieros o directamente fundidos, cansados o agobiados, deprimidos o desesperanzados, pero lo que con seguridad no están es tan aletargados por los problemas como para tomar erróneas decisiones influidas por discursos intencionadamente exitistas. Informate más
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