28 de marzo 2023 - 00:00

Cómo construir una democracia más justa y mejor: la urgencia de pensar el futuro hoy

Casa Rosada Plaza de Mayo
Ignacio Petunchi

Es un año en el que sabemos que vamos a tomar decisiones como país, pero 2023 nos presenta la posibilidad -¿por qué no la inspiración?- para salir de vaticinios pesimistas que parecen llevarnos hacia un punto inevitable. El 10 de diciembre próximo la Argentina va a cumplir 40 años de democracia ininterrumpida y eso es un logro insoslayable.

Alcanzar ciertos hitos como este nos puede ayudar a que nos detengamos a pensar que muchos de los problemas que atraviesa el país son estructurales y, por ende, requieren buscar soluciones de largo plazo para ellos. Por eso desde hace dos años estamos en CIPPEC trabajando en el proyecto Democracia 40, a partir del cual comenzamos a proyectar escenarios futuros que nos permitan construir una democracia mejor para los próximos 40 años, una que crezca y se desarrolle en forma sostenible.

Del ejercicio de preguntarnos por lo que se puede hacer especialmente a partir de la próxima gestión de gobierno, surgieron diez propuestas de política pública. Acciones factibles desde lo técnico, lo político y lo fiscal.

Una de ellas refiere al principal componente del gasto público, el sistema previsional. Lo que implica un costo mayor dentro de él no son las jubilaciones mínimas, sino aquellas de hasta un millón de pesos que tienen algún criterio excepcional y que representan 7 puntos del PBI. En promedio, estos haberes jubilatorios superan en un 85% a la media del régimen general. Además, en el último año se aprobó un régimen especial más y se le dio media sanción a otro. No sólo no estamos resolviendo el problema, sino que estamos encaminándonos hacia los escenarios más pesimistas.

Al mismo tiempo, hoy más de la mitad de las personas no llegan a los 30 años de aportes y se pueden jubilar solo gracias a las moratorias previsionales. Entre otros, un dato puede ser muestra cabal de que nuestro sistema jubilatorio no tiene muchos criterios racionales. El sistema castiga con haberes menores a la jubilación mínima de 58 mil pesos tanto a quien tuvo dos años de aporte como 28. En paralelo, esta situación afecta mucho más a las mujeres: cada año, aproximadamente más de 150.000 mujeres cumplen 60 años y no cuentan con los 30 años de aportes. El 88% de quienes no alcanzan los 30 años de aportes son mujeres que sufren mucho más la informalidad en toda su trayectoria en el mercado laboral.

En definitiva, son varios los indicios que dan cuenta de que el sistema así no es viable, necesita un reordenamiento. La propuesta que trabajamos desde CIPPEC radica en que haya un componente universal que alcance a todas las personas mayores y otro que retribuya cada año de aporte realizado. En otras palabras, universalizar el acceso premiando el esfuerzo contributivo.

Los elementos para alcanzar este objetivo existen, pero están desarticulados. Ya sea mediante la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) o la moratoria, la Argentina cuenta con una cobertura casi universal de los y las mayores, mientras que el régimen general de reparto establece el haber según los salarios. Sin embargo es necesaria una fórmula de continuidad entre un mínimo universal y un adicional por aportes que incentive la contribución al sistema sin perder cobertura.

Un reordenamiento que ponga el foco en estos dos aspectos fundamentales colaboraría a que el sistema sea más progresivo y previsible. De lo contrario, si no hacemos nada para modificar las deficiencias que tiene, seguiremos emparchando el sistema mediante acciones de emergencia que ya llevan más de quince años. Alcanzar una solución nos permitirá pasar a discutir otro de los aspectos clave del sistema previsional, la sostenibilidad fiscal. Irónicamente, un ordenamiento macroeconómico puede derivar en un aumento exponencial del gasto que afecte la gestión del próximo gobierno.

Es difícil pensar el futuro en un contexto como el actual signado por la incertidumbre y la desconfianza. Pero esto hace que sea más necesario que nunca proyectar el futuro y tomar decisiones considerando sus retornos y sus riesgos. Es la única forma que tenemos para generar los acuerdos que nos permitan salir de este contexto y podamos construir una democracia mejor y más justa para los próximos 40 años.

(*) Directora ejecutiva de CIPPEC (**) Director de Protección Social de CIPPEC.

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