A un mes del inicio, el Maracaná aún no se terminó
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El estadio capitalino será inaugurado el próximo sábado, con la final del campeonato regional, y después se utilizará apenas en el partido de apertura de la Copa Confederaciones, que protagonizarán Brasil y Japón el 15 de junio ante 70.064 espectadores.
El Maracaná de Río, que también contó con la inspección de Valcke, celebró el pasado 27 de abril un partido con un público reducido, 27.500 personas, equivalente al 30 % de la capacidad, pero todavía miles de obreros trabajan en los últimos retoques tanto dentro como en los accesos del mítico estadio que acogerá la final el 30 de junio.
Se espera que el campo carioca esté concluido el 2 de junio, fecha del amistoso entre Brasil e Inglaterra, el primer partido que contará con localidades plenas.
La otra sede atrasada es Recife, donde debutarán España y Uruguay el 16 de junio y que todavía tiene pendiente la conclusión de las obras de una estación de metro y de las carreteras y viaductos que dan acceso al estadio, en las afueras de la ciudad.
Este estadio, que puede albergar 44.248 personas, será el de menor capacidad en el certamen, aunque promete ser uno de los más vistosos gracias a su revestimiento de etileno tetrafluoroetileno, que permitirá cambiar el color de la iluminación de la fachada dependiendo del partido.
Al margen de los atrasos de las obras, que la FIFA exige que no se repitan en las otras seis sedes del Mundial, la Copa Confederaciones ha enfrentado otras polémicas como el aumento excesivo de los presupuestos de los estadios.
El Maracaná es, por el momento, el estadio más caro, después de que el costo de su reforma se haya elevado paulatinamente.
En 2009 la gobernación calculó que la reforma costaría 500 millones de reales (unos 250 millones de dólares de hoy), ese valor subió a 705,6 millones de reales (unos 352 millones de dólares) cuando la obra se licitó y, tras varias revisiones, se ha disparado hasta 1.049 millones de reales (cerca de 524 millones de dólares).
El estadio de Brasilia no se queda atrás, costará 1.015 millones de reales (unos 507 millones de dólares), según el presupuesto más reciente, que será el único pagado integralmente por fondos públicos.
Los únicos estadios totalmente nuevos son los de Brasilia y Recife, mientras que el de Salvador, aunque también se ha levantado de los cimientos, fue proyectado respetando el diseño del Fonte Nova original, con forma de herradura y sin tribunas en uno de los fondos.
La expectativa por la Copa Confederaciones en el autodenominado "país del fútbol" es máxima. Hasta este lunes se vendieron 622.613 entradas, el 74 por ciento del total, en su gran mayoría a clientes brasileños.
Las ventas por internet se extendieron hasta el miércoles, y a partir del 1 de junio, también se podrán comprar en las boleterías de las ciudades organizadoras.
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