Boca fue preciso y contundente
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La cosa cambió en el segundo tiempo con la entrada de Angel «Matute» Morales por el lesionado Barraza, porque Banfield se adelantó en el terreno y, con un jugador menos de marca y uno de creación, emparejó las acciones en la mitad de la cancha y cambió ataque por ataque.
Dentro de ese panorama, Marino habilitó por el medio a Palermo, que alcanzó a tocar con lo justo para derrotar a Lucchetti, en una pelota que entró con mucha lentitud ante la desesperación de Sanguinetti, que no pudo rechazar.
Con el resultado a su favor, Boca empezó a jugar de contraataque haciendo valer la velocidad de sus volantes y de Palacio. Banfield intentó atacar, pero a sus delanteros les faltó potencia a la hora de definir, tanto que la más difícil que tuvo el debutante Bobadilla fue un mal rechazo hacia atrás de Silvestre que lo hizo esforzarse para descolgar del ángulo. Por eso cuando Boca consiguió el segundo gol ( cabezazo de Battaglia después de un córner -mal cobrado- ejecutado por Marino), el partido quedó definido.
Faltaba otro gol de Palermo, como premio a su esfuerzo por haber jugado en estas circunstancias personales tan particulares y que fue típico del goleador, apareciendo en el área chica después de tres rebotes. Boca demostró que está encontrando la forma de suplir a los transferidos. Marino apareció con más continuidad en el partido haciendo olvidar a Insúa, y Neri Cardozo le dio más velocidad al sector izquierdo, aunque tenga menos potencia que Bilos.
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