7 de agosto 2006 - 00:00

Boca fue preciso y contundente

A pesar del esfuerzode Carlos Galván,Martín Palermoconvierte el tercer golde Boca y segundode su cuenta personal.El delanteroestuvo en dudashasta último momentopor un problemafamiliar.
A pesar del esfuerzo de Carlos Galván, Martín Palermo convierte el tercer gol de Boca y segundo de su cuenta personal. El delantero estuvo en dudas hasta último momento por un problema familiar.
Fue mucho más que un triunfo para comenzar bien un campeonato. Lo de Boca fue un tributo a la capacidad goleadora de Martín Palermo, quien, sacando fuerzas de flaquezas en uno de sus peores momentos personales, marcó dos goles y se fue ovacionado y llorando cuando lo reemplazó Guillermo Barros Schelotto.

Boca fue muy superior en la primera etapa, pero definió el partido en la segunda cuando Banfield había equiparado el juego en la mitad de la cancha y los dos tenían situaciones de gol.

Boca manejó la pelota con mucha velocidad con Neri Cardozo y Guillermo Marino turnándose para ser los organizadores de juego y con la velocidad de Palacio y la potencia de Palermo para desbordar a una defensa que dio ventajas por los dos laterales.

Hubo un cabezazo de Palermo en el poste, y Lucchetti se lució con atajadas muy difíciles a Marino, Krupoviesa y Palacio.

Por el otro lado, Banfield, con un planteo de 4-4-2, tenía muy separados a sus mediocampistas de sus delanteros y por eso le costaba mucho crear situaciones de gol, por lo que Bobadilla no tuvo mucho trabajo.

La cosa cambió en el segundo tiempo con la entrada de Angel «Matute» Morales por el lesionado Barraza, porque Banfield se adelantó en el terreno y, con un jugador menos de marca y uno de creación, emparejó las acciones en la mitad de la cancha y cambió ataque por ataque.

Dentro de ese panorama, Marino habilitó por el medio a Palermo, que alcanzó a tocar con lo justo para derrotar a Lucchetti, en una pelota que entró con mucha lentitud ante la desesperación de Sanguinetti, que no pudo rechazar.

Con el resultado a su favor, Boca empezó a jugar de contraataque haciendo valer la velocidad de sus volantes y de Palacio. Banfield intentó atacar, pero a sus delanteros les faltó potencia a la hora de definir, tanto que la más difícil que tuvo el debutante Bobadilla fue un mal rechazo hacia atrás de Silvestre que lo hizo esforzarse para descolgar del ángulo. Por eso cuando Boca consiguió el segundo gol ( cabezazo de Battaglia después de un córner -mal cobrado- ejecutado por Marino), el partido quedó definido.

Faltaba otro gol de Palermo, como premio a su esfuerzo por haber jugado en estas circunstancias personales tan particulares y que fue típico del goleador, apareciendo en el área chica después de tres rebotes. Boca demostró que está encontrando la forma de suplir a los transferidos. Marino apareció con más continuidad en el partido haciendo olvidar a Insúa, y Neri Cardozo le dio más velocidad al sector izquierdo, aunque tenga menos potencia que Bilos.

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