En primer turno, el cordobés David Nalbandian venció a Viktor Troicki, reemplazante de Novak Djokovic, por 6-4, 4-6, 6-2 y 6-3. Más tarde, el tandilense Juan Martín Del Potro le ganó a Janko Tipsarevic por 7-5, 6-3 y 6-4. Mañana se disputará el dobles.
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Cuesta mirar el score y creer en el resultado que refleja. Uno se refriega los ojos una y mil veces para salir de la incredulidad y cotejar si, en realidad, no se trata de un engaño de los sentidos.
Sin embargo, la pizarra en el Belgrado Arena certifica es contundente: Serbia 0 - Argentina 2. Ni el argentino más optimista se hubiera atrevido a vaticinar este inicio de las semifinales de Copa Davis ante los balcánicos. Las victorias de David Nalbandian y de Juan Martín Del Potro frente a Viktor Troicki y Janko Tipsarevic, respectivamente, dieron rienda suelta a expectativas contenidas y acotadas en la previa.
La consagración de Novak Djokovic en el US Open el último lunes, sumado a la gran temporada que atraviesan tanto Tipsarevic, N°13 del ranking, como Troicki, N°16, son las poderosas credenciales de los locales que minimizaron las albiceleste. Pero, una vez más, queda demostrado que jugar por la Davis es otra cosa. Al menos para los argentinos. No importa cuán nutrido son los palmarés y qué diferencias existen en el ranking entre los protagonistas.
De eso pude dar cuanta Nalbandian. El cordobés, ubicado en el puesto 74, exhibió una sólida versión ante Troicki, reemplazante de Djokovic, quien oficializó su ausencia media hora antes del partido por una dolencia en la espalda. Envuelto en persistentes problemas atléticos y de magra cosecha en este 2011, David dejó a un lado sus contratiempos y expuso su estirpe copera, la misma que enseñó hace un año en Suecia y en Rusia.
Se impuso por 6-4, 4-6, 6-2 y 6-3 en 2h 52m y evitó desgastar en demasía su físico. Sacó rédito de un desdibujado Troicki, que cometió 58 errores no forzados, demasiados en proporción con los winner convertidos (42), y que, exceptuando el segundo set, no pudo encontrarle la vuelta a la dinámica de Nalbandian. La serie se puso 1-0 y el Belgrado Arena se sorprendía.
Más tarde, Del Potro se encargó de profundizar aún más el desconcierto en suelo serbio y de alimentar ilusiones criollas. Con la paciencia de un orfebre, la Torre de Tandil sacó tajada de un Tipsarevic menguado por algunas molestias en el tobillo izquierdo que la semana pasada lo habían forzado a abandonar su compromiso de cuartos de final en el US Open ante Djokovic.
Como es su costumbre, el ex N°4 del mundo se apoyó en su servicio, que incluyó 11 aces y con el que apenas concedió una oportunidad de quiebre en todo el match a su adversario, para meter en el bolsillo el segundo punto para la Argentina y enmudecer a los serbios. La especulación en torno a la presencia de Djokovic ocupó gran parte en los medios y poco margen para el análisis hubo respecto al potencial de las armas celestes y blancas, opacadas ante el magnetismo que genera el carismático líder del tenis masculino. Sin dudas será un tema para analizar en profundidad una vez culminada la serie.
Por otro lado, y después de aquella final de 2008 perdida ante España en Mar del Plata, que detonó las diferencias entre ambos, Del Potro y Nalbandian hicieron causa común en Belgrado y guardaron debajo de la alfombra sus discrepancias.
Pusieron el objetivo de la Ensaladera de Plata por encima todo y recalentaron un sueño que en los últimos días se había enfriado. De todos modos, aún falta conquistar el tercer punto para hablar de serie resuelta.
Mañana a las 10 (hora argentina), si Tito Vázquez no dispone de ninguna modificación a último momento, Juan Ignacio Chela y Juan Mónaco intentarán liquidar el pleito ante Nenand Zimonjic, el 3° mejor doblista del circuito, y Djokovic, si es que finalmente se recupera. Un viaje relámpago del escepticismo a la ilusión para la Argentina. Casi sin escalas.
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