Esta historia es realmente sorprendente. La vida de Roberto “Nuno” Molinas tiene condimentos de todo tipo. El exjugador de Independiente y Racing tiene 52 años y en la actualidad vive en un mundo que nada tiene que ver con el fútbol.
Fue campeón con Independiente, jugó en Racing y ahora vive en la selva
Entérate quien es el jugador campeón con el “Rojo” que decidió alejarse del fútbol para conectarse con la naturaleza.
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La vida de Nuno hoy está marcada por el aire libre, la naturaleza y la conexión del ser humano con la madre tierra. Sin embargo, el excampeón con el Rojo supo jugar en importantes equipos del ámbito local como así jugar en países como México, Perú y Ecuador. A continuación, su carrera.
Cómo fue la carrera futbolística de Roberto Molina
Desde chico que Molina tomó a la pelota como su gran pasión. Se mudó de Mendoza a Buenos Aires para hacer inferiores en Ferrocarril Oeste, club en el que va a conocer la primera división.
A lo largo de su camino, Molina tuvo el privilegio de cruzarse con figuras muy reconocidas del ámbito futbolístico nacional. En 1990, de la mano del reconocido Timoteo Griguol, Nuno debutó en el club de Caballito donde rápidamente pudo de hacerse de un lugar destacado por las buenas participaciones en el club. Años más tarde, en 1993 fue Pedro Marchetta, técnico de Rosario Central, quien lo pidió para el “Canalla”.
Si bien no estuvo mucho tiempo en Rosario, durante todo 1994 Molina sorprendió a los hinchas “Canallas”, incluso fue tan así que hace unos años atrás, el exfutbolista logró emocionarse con un recuerdo compartido en Infobae: “Se me pone la piel de gallina cuando me acuerdo del día que me presentaron en Rosario Central. Entré en el medio tiempo de un clásico a saludar a la gente. Entré y wow... No te puedo describir la sensación que produce la gente, el amor, la pasión cuando entrás a una cancha y empiezan a corear tu nombre”. En el club rosarino, el ex mediocampista jugó con Kily González, Luis Omar Palma, Chelo Delgado, Vitamina Sánchez , entre otros. Asimismo, Nuno disputó 54 partidos y marcó 7 goles hasta el año 1995.
En dicho año, Molina fue traspasado a Independiente donde conformó un plantel histórico con jugadores como Mondragón, Claussen, Serrizuela, Cagna, Mazzoni, Burruchaga. Dirigidos por Miguel Ángel López, el conjunto de Avellaneda logró quedarse con la ya extinta Supercopa Sudamericana de ese año tras vencer, por diferencia de gol (2-1), a uno de los equipos más grandes de Brasil: Flamengo. El partido de ida disputó en la “Doble Visera” donde el Rojo pudo imponerse por 2 a 0, mientras que la vuelta fue en el mítico estadio Maracaná, donde el local ganó 1-0, lo que no le alcanzó para dar vuelta la serie.
Luego de tres buenas temporadas en Independiente, Roberto Molina fue a un país que le cambió la vida: México. Allí entre 1998 y 2001 jugó en clubes como América, Atlante, Toros Neza, Puebla y Tiburones Rojos de Veracruz. Cabe destacar que en el medio de esos años tuvo un pequeño paso por Universitario de Perú donde también se consagró campeón del torneo local.
Ya para 2002, el exmediocampista se mudó a Barcelona de Guayaquil en lo que era el principio del fin de su carrera. Al año siguiente, volvió al país para jugar en el clásico rival de su exclub, Racing, hasta que en 2004 regresó al club donde empezó todo: Ferro. Jugando en el ascenso argentino, Roberto “Nuno” Molina le puso fin a casi 15 años de carrera.
Qué fue de la vida de Roberto Molina tras su retiro del fútbol
Al principio no fue fácil desprenderse de su era como jugador. “Nadie te enseña a prepararte para lo que es ese luto tan grande de dejar de jugar. Es una carencia. Desde los tres o cuatro años que vos ya empezaste a patear esa pelota y sentías esa vibración que ocasionaba esa pelotita redonda en todo tu sentir interno”, declaró Molina en la entrevista a Infobae.
De todas formas, Nuno de alguna u otra forma siguió ligado al mundo del fútbol mexicano; incluso fue ayudante de campo de Francisco Ramírez en Cafetaleros de Tapachula, club con el que consiguió el ascenso a la segunda división.
Más allá de todo, Roberto Molina se dio cuenta que algo no andaba bien. “Pude darme cuenta quién es verdaderamente Roberto Molina. Durante mucho tiempo, mientras estuve inserto en el mundo del fútbol, viví en una burbuja… Acá (en México) encontré una nueva forma de vida. Un equilibrio. Me di cuenta que no todo pasa por el dinero. Ahora veo las carencias y necesidades que hay en el otro y no puedo quedarme quieto sabiendo que hay personas con hambre”, sentenció Nuno en una entrevista para TN Deportivo años atrás.
Desde hace unos años hasta la actualidad, Roberto Molina vive en una selva en Tulúm, Rivera Maya. En la misma abrió unas cabañas con su hermano y dedica su tiempo a la naturaleza y al ponderar la vida al aire libre.
Las cabañas, llamadas Koop Luum, son un refugio para las familias que quieran llenarse de energía con la naturaleza. Según contó el exfutbolista, en el lugar les enseñan a las familias que se hospedan a hacer una huerta orgánica, a trabajar la tierra para cosechar el alimento que consumen y sobre todo despejar a los niños de la tecnología que los rodea. “El lugar en el que estoy es maravilloso y me encuentro acá para defender la ecología y sobre todo la infancia ya que los chicos son los más indefensos. En la sociedad de hoy noto una real preocupación por el dinero (“un papel”) y además una gran tristeza”, aseguró el exmediocampista.
Pese a tener hijos en Argentina y a viajar cada tanto para verlos, Nuno se encuentra en un importante proyecto que es la construcción de la primera ciudad sustentable de todo México.
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