Superadas las dudas y aunque persisten temores, la Fórmula 1 girará desde hoy en el autódromo de Indianápolis para disputar las pruebas libres del Gran Premio de Estados Unidos, que se correrá el domingo, con todas las miradas depositadas en Juan Pablo Montoya, nueva figura de la categoría.
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El colombiano es en esa ciudad gran ídolo y nadie olvida que en el tradicional óvalo de la capital de Indiana ya ganó las legendarias 500 Millas de Indianápolis, por lo que una victoria el próximo domingo -tras la obtenida en Monza-lo transformaría en el primer piloto de la F-1 que gana en las dos pruebas de trascendencia mundial que se corren en este circuito.
La solidaridad de la F-1 con el país del Norte tras los atentados terroristas del 11 de setiembre encontrará nuevas formas de exteriorización aquí y ya se adelanta que los autos Ferrari, además de correr como lo hicieron en Monza con la trompa de color negro y la carrocería roja sin sponsors, llevarán durante los tres días una pequeña bandera norteamericana.
Entre los motivos de interés figuran la lucha abierta por el subcampeonato, con David Coulthard (McLaren) y Rubens Barrichello (Ferrari) separados por sólo 3 puntos.
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