11 de enero 2022 - 21:47

Proyección del Banco Mundial sostiene que la economía global crecerá menos en 2022

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Luego del fuerte rebote registrado en 2021, el crecimiento de la economía global se desacelerará este año de forma "pronunciada", según las proyecciones del Banco Mundial.

En su informe bianual de "Perspectivas Económicas Globales", el organismo colocó de relieve que, luego del fuerte rebote que atravesó la economía mundial en 2021, la misma está entrando en un periodo de "pronunciada ralentización", mayor a la prevista originalmente, debido a la amenaza de nuevas variantes del coronavirus (incluyendo Ómicron) y el crecimiento de la inflación, así como la deuda y la desigualdad en los ingresos.

En base a esto, la organización con sede en Washington redujo a 4,1% la perspectiva de crecimiento, contra el 4,3% previo.

Advirtieron incluso que el crecimiento podría ser menor, de entre 3,4 y 3,9%, de persistir "las perturbaciones económicas generadas por Ómicron".

"La rápida expansión de la variante Ómicron indica que la pandemia posiblemente continúe a entorpecer la actividad económica en el corto plazo. Además, una notable desaceleración en las principales economías -incluyendo a Estados Unidos y China- podrá perjudicar la demanda externa en las economías emergentes y en desarrollo", enfatizó el informe.

Tras lo cual, añade que "los rebrotes de coronavirus, los persistentes cuellos de botella en las cadenas de producción, las presiones inflacionarias junto a la elevadas vulnerabilidades financieras y el estrecho margen de estimulo que poseen los Gobiernos de países en desarrollo, podría elevar el riesgo de una desaceleración".

En tanto, para 2023, se espera que el crecimiento se reduzca al 3,2% a medida que continúan reduciéndose las políticas macroeconómicas acomodaticias.

Respecto a China y Estados Unidos, la entidad revisó a la baja las previsiones para 2022 de ambos países de 5,4% y 4,2% a 5,1% y 3,7% respectivamente.

En el caso de los EE.UU, la reducción fue motivada a causa de la variante Ómicron, los problemas persistentes en las cadenas de producción, la mayor inflación, y un retiro de los estímulos monetarios más rápido de lo esperado.

En China la estrategia de "cero tolerancia" frente a los casos de Covid y las mayores regulaciones en los sectores financiero y de propiedades también atentaron contra el consumo privado y el crecimiento económico; aunque el Banco Mundial valoró la política macroeconómica que evitó una mayor ralentización en el país asiático.

Se espera que la Eurozona crezca un 4,2% en 2022, luego de expandirse 5,2% en 2021, en una región donde, advierte el organismo, los altos precios del gas y la electricidad pueden representar un riesgo a la economía, de persistir los mismos.

El Banco Mundial, además, indico que existirá una mayor divergencia en las tasas de crecimiento entre las economías avanzadas y las emergentes: mientras que el crecimiento en las primeras caerá de un 5% en 2021 a 3,8% en 2022 y 2,3% en 2023; en las segundas pasaran de un 6,3% en 2021 a 4,6% en 2022 y 4,4% en 2023, un ritmo que las mantendrá 4 puntos por debajo de la prepandemia.

El informe también subraya a la inflación global, en sus mayores tasas de 2008, como una nueva problemática que afecta especialmente a los trabajadores de menores ingresos y que está motivado a muchos gobiernos a "eliminar los estímulos monetarios para contenerla, mucho antes de que la recuperación se complete".

Del mismo modo, advirtió que la deuda global se encuentra en el mayor nivel en casi medio siglo, y que las iniciativas coordinadas para aliviar la misma, "afrontaran mayores complicaciones para ser exitosas".

David Malpass, el presidente del organismo multilateral, subrayó la importancia de estos programas de alivio para los países en desarrollo a través del marco común del G20, lanzado en 2020.

"La prioridad más inmediata es asegurar que las vacunas se distribuyan más amplia y equitativamente para controlar la pandemia. En tiempos de deuda a niveles tan altos, la cooperación mundial será esencial para ayudar a expandir los recursos financieros de las economías en desarrollo para asegurar que alcancen un desarrollo verde e inclusivo", manifestó Mari Pangestu, directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial.

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