12 de febrero 2020 - 00:00

Aviso a bonistas: si no canjean, habrá reperfilamiento "hard"

El Gobierno replicará la estrategia utilizada para el Bono Dual con el resto de los vencimientos de deuda en pesos hasta junio, que ascienden a unos $300.000 millones (sin contar Letras).

Economía licitará Lebads por hasta $10.000 millones, tras el reperfilamiento del Bono Dual.

Economía licitará Lebads por hasta $10.000 millones, tras el reperfilamiento del Bono Dual.

NA

Alguien tiene que ceder, y no va a ser el Gobierno. Así se ha expresado el oficialismo puertas para adentro, y de alguna forma se lo ha hecho notar a los inversores extranjeros en estas últimas dos semanas, a través de la fuerte quita impulsada con el canje poco exitoso y con el reperfilamiento que anunció ayer. Aquellos fondos que no quieran convalidar una quita para la deuda en pesos deberán atenerse a las condiciones que ofrezca el Gobierno, léase, un “reperfilamiento hard”, con pagos de intereses, pero no de capital.

Es que en los próximos meses el Gobierno deberá enfrentar vencimientos por $300.000 millones aproximadamente por bonos como el AM20 (1 de marzo), A2M2 (6 de marzo), TC20 (28 de abril) y TJ20 (21 de junio). Y según comentan fuentes oficiales, las condiciones serán similares a las del último canje: canje vs. reperfilar. Todo esto sin considerar los compromisos por el pago de las Letras emitidas por el Tesoro, que elevan la cifra a un nivel todavía mayor.

Desde la cúpula del Poder Ejecutivo afirman que “los acreedores no pueden ser los únicos que ganen” y consideran que también deben poner su parte. Pongamos a la Argentina de pie fue el lema de campaña del albertismo, al cual le faltó agregar: “y a los inversores, de rodillas”. Pero el Gobierno podría estar pecando de inocente. Guzmán sabe que no puede desconocer los compromisos en pesos del país, y por esta razón anunció ayer que se seguirán pagando intereses, no así el vencimiento del capital del Bono Dual (ver pág. 4). Además, están al tanto del costo reputacional que podría tener la medida para el país.

En la operación de la semana pasada, el Gobierno logró apenas un 10% de adhesión para el canje del Bono Dual, reduciendo los vencimientos de $105.000 millones a $95.000 millones. Es que los tenedores, de los cuales el 80% son extranjeros, consideraron como demasiado elevada la propuesta de quita, ubicada entre 20% y 40%, dependiendo del bono. Luego, el oficialismo decidió hacer una nueva licitación con prácticamente los mismos bonos ofrecidos en la última licitación, pero mejorando las condiciones, algo que generó un aumento de la demanda que finalmente no satisfizo, lo que llevó al ministerio a declarar la operación como desierta.

Lo que se deja ver es el marcado giro que pegó el Ministerio de Economía, dado que hasta hace pocos días venía sosteniendo que iba a continuar pagando los vencimientos en moneda local, a través de las distintas refinanciaciones. Ahora la estrategia es otra, y es intentar doblegar a los fondos, o mejor dicho, que estos se adapten a las condiciones de la Argentina. No ocurre lo mismo con los inversores particulares, que fueron dejados de lado en este conflicto y seguirán cobrando de acuerdo con los términos estipulados en la ficha de cada bono.

El interrogante de acá en adelante es cuál será el impacto (costo) económico de esta medida. la consecuencia sobre la brecha probablemente comience a ser más marcada, a medida que aumente la incertidumbre, lo que arrastra consigo efectos sobre la balanza comercial y sobre los precios. El otro tema es la cuestión reputacional, dado que Argentina volvió a cambiar las reglas de juego, bajo una política de “pan para hoy, hambre para mañana” que, al menos por ahora, atenta contra las inversiones de corto y de largo plazo. El Gobierno está arrancando con el pie izquierdo contra los mismos a los que en tres semanas irá a pedirles buena voluntad para la reestructuración de la deuda en dólares. De no anunciar una estrategia clara parece haber comenzado a dar señales de que no hay un plan preciso. Es necesario que el oficialismo comience a dar anuncios claros sobre la marcha de la economía, porque, hasta ahora, parece estar pasando del “tenemos todo estudiado” al “vamos viendo sobre la marcha”.

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