24 de octubre 2025 - 10:30

Carne: nuevo cupo de exportación a EEUU abre un negocio de u$s300 millones y reposiciona al país en el mercado

El acuerdo con Washington elevará a 80.000 toneladas el cupo anual de carne vacuna. Para los especialistas, la medida representa un reconocimiento a la calidad argentina, pero se necesitará más hacienda y productividad por vaca para sostener el crecimiento.

Se abren oportunidades para la carne argentina, consideran en el sector.

Se abren oportunidades para la carne argentina, consideran en el sector.

En los próximos días, la Casa Blanca anunciará oficialmente la ampliación del cupo de importación de carne vacuna argentina a 80.000 toneladas anuales, un incremento de 60.000 toneladas respecto del régimen actual. El nuevo entendimiento bilateral, que mantiene un arancel del 10%, significará ingresos adicionales estimados en u$s300 millones, según explicó el analista ganadero Víctor Tonelli, quien detalló que la mejora surge del diferencial arancelario y del valor FOB promedio de exportación.

La medida se inscribe en un contexto de crisis ganadera en Estados Unidos, donde el Departamento de Agricultura (USDA) reporta el nivel de stock más bajo en 75 años, tras la desaparición de más de 150.000 establecimientos desde 2017. A pesar de esa contracción, la demanda de carne bovina creció 9% en la última década, lo que obligó a la administración de Donald Trump a reforzar los flujos de importación para garantizar el abastecimiento.

Para la Argentina, el acuerdo representa mucho más que un negocio puntual. Es una señal de confianza internacional, un reconocimiento a su estatus sanitario y un impulso para reposicionar la carne local en el mercado global. Pero también plantea desafíos concretos: sostener la oferta interna, mantener precios estables y aprovechar la oportunidad con una estrategia de valor agregado.

De acuerdo con un informe de la agencia Bloomberg, la administración Trump decidió cuadruplicar el contingente arancelario para la carne vacuna argentina al mismo tiempo que implementa un paquete de medidas para reactivar su producción ganadera.

El plan, presentado por la secretaria del USDA, Brooke Rollins, incluye incentivos para facilitar el pastoreo en tierras federales, aumentar subsidios a los seguros rurales y reducir los costos de los pequeños procesadores. Además, el gobierno busca fortalecer el etiquetado de origen y acelerar reformas para expandir la capacidad de procesamiento.

El objetivo central es contener la suba de precios que afecta a sus consumidores. Los valores del ganado alcanzaron este año niveles récord en medio de una grave escasez de oferta, que erosionó las ganancias de los grandes frigoríficos y elevó los precios minoristas.

Mientras tanto, Washington intenta equilibrar el abastecimiento local ampliando las importaciones desde países como la Argentina y Brasil, aunque a este último Trump le aplico un arancel extra por cuestiones netamente políticas.

¿Qué se espera que ocurra con los envíos de carne desde la Argentina?

El consultor ganadero Víctor Tonelli explicó a Ámbito que el impacto económico del nuevo cupo será relevante, aunque sin alterar el volumen total de exportaciones argentinas.

“La Argentina exporta todo lo que puede, porque negocio y demanda hay. Lo más probable es que parte de la carne que hoy se envía a China —el principal destino de los cortes del delantero— se redirija a EEUU, donde la rentabilidad es mayor y el arancel es de solo 10% dentro de la cuota”, sostuvo.

En este sentido, el analista precisó que el diferencial arancelario es clave para entender el beneficio económico y detalló que “si el promedio de exportación a Europa ronda los u$s8.400 por tonelada, vender dentro de la cuota con un arancel del 10% y no fuera de ella —donde se paga 36,4%— implica un diferencial mínimo de u$s2.000 por tonelada, un beneficio directo para el exportador argentino. Si se confirman las 60.000 toneladas adicionales, eso significa unos u$s300 millones en ingresos extra para el país”.

El especialista destacó que ese beneficio “no cambia el negocio estructural, pero sí mejora la rentabilidad de las plantas habilitadas para el mercado norteamericano”.

Además, consideró que el impacto se limitará a una reasignación de destinos ya que “ni el consumo interno ni la producción total van a sufrir cambios sustanciales. Las 40.000 o 60.000 toneladas adicionales que irán a EEUU no mueven la aguja en un mercado que consume 12 millones de toneladas por año”.

De todos modos, Tonelli subrayó que la medida “es un reconocimiento político y comercial enorme, porque si Estados Unidos amplía la cuota a la Argentina, es porque valora la calidad, la trazabilidad y el cumplimiento de nuestro sistema. Es una señal de confianza que fortalece la imagen del país”.

Desde la Asociación Argentina de Angus, su Director Ejecutivo, Javier Martínez del Valle, coincidió en que el acuerdo “abre una ventana de oportunidades sin precedentes”, pero advirtió que el país deberá actuar con estrategia.

En diálogo con Ámbito, sostuvo que “es una muy buena noticia porque duplica el volumen que Argentina puede colocar en un mercado premium. En tiempos de precios altos en la ganadería norteamericana, incluso se puede vender parte fuera de cuota. Pero cuando los precios bajan, contar con una cuota estable te da previsibilidad y te asegura rentabilidad a largo plazo”.

El dirigente recordó que Argentina competía en una posición desventajosa frente a otros proveedores, ya que “Australia tiene casi 400.000 toneladas de cupo, Nueva Zelanda más de 200.000 y los países del Nafta —Canadá y México— exportan sin límites. Nosotros, con 20.000 toneladas, representábamos apenas el 2% de las importaciones estadounidenses. Este salto a 80.000 toneladas cambia el mapa”.

Martínez del Valle subrayó que el verdadero desafío está en agregar valor y no volumen. Destacó que “hoy el 70% de nuestras exportaciones a Estados Unidos son carne para manufactura, que termina en hamburguesas, y solo el 30% son cortes premium, donde entra el Angus certificado argentino. El objetivo debería ser invertir esa ecuación, transformando el mercado americano en un nuevo Hilton”.

El referente de Angus explicó que esa evolución requiere “una acción coordinada entre productores, frigoríficos y certificadoras”, que permita consolidar un estándar de calidad alto y homogéneo. “El consumidor norteamericano valora el origen, la trazabilidad y la consistencia. Si logramos posicionar la carne argentina en esos términos, el potencial de crecimiento es enorme”, remarcó.

La escasez de hacienda, un límite para aprovechar la oportunidad

El titular de la Cámara Argentina de Matarifes, Sergio Pedace, advirtió que el principal obstáculo para capitalizar plenamente el acuerdo es la falta de stock ganadero.

En diálogo con Ámbito, explico que “la realidad es que falta hacienda. La oferta es escasa, y aunque el consumo interno tiene animales más livianos de 300 a 400 kilos, el problema estructural es que no hay suficiente ganado pesado. Venimos de muchos años con el mismo rodeo, y ahora que el mundo demanda más carne, esa falta se siente”.

Pedace alertó que una mayor demanda internacional podría tensionar los precios locales. “Si el 1% de China decide comer más carne, nos quedamos sin producto; y si además queremos venderle todo a Estados Unidos, puede pasar lo mismo. Por eso hay que ver qué tipo de mercadería se coloca y en qué momento del año, aprovechando los cortes que el mercado local no absorbe”.

El dirigente destacó que el sector ya comenzó un proceso de recría para aumentar el peso de faena, pero advirtió que “es un cambio lento, de al menos tres años, que requiere inversión y previsibilidad. Durante años se convirtieron muchos campos ganaderos en agrícolas, y ahora hay que volver a invertir para recuperarlos. Mientras tanto, el precio de la carne va a mantenerse firme, porque la oferta sigue siendo corta”.

Más productividad por animal, el nuevo desafío para la ganadería argentina

El debate sobre la ampliación del stock vacuno y la eficiencia productiva es parte de este presente en el que hay que dar respuestas. No por casualidad, este tema será uno de los ejes del Cuarto Congreso Federal Ganadero, que se llevará a cabo el 13 de noviembre en Rosario. Allí se analizará cómo sostener el crecimiento exportador y, al mismo tiempo, garantizar el abastecimiento interno.

El empresario y analista Miguel de Achával, que acaba de regresar de una gira por Estados Unidos, sostuvo en estas últimas horas que la clave para la ganadería que necesita nuestro país no está solo en tener más vacas, sino en producir más kilos por animal. “Hay países en el mundo que ya no pueden crecer, pero con la misma cantidad de vacas logran producir 600 kilos por animal. Nosotros tenemos genética de primer nivel y movemos 400 kilos cuando podríamos alcanzar 480 o más”, señaló.

Para De Achával, “la máquina está, pero falta alimento y planificación; es un impulso técnico y productivo que el país se debe”.

La ganadería argentina -como coincidieron los especialistas consultados- necesita aumentar su productividad sin perder equilibrio ambiental ni previsibilidad comercial. Solo así podrá acompañar la expansión de mercados externos como el de Estados Unidos, mantener precios competitivos y fortalecer su rol como generador de divisas genuinas.

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