Chávez admirador ahora de Cavallo
Hugo Chávez decidió imitar a Domingo Cavallo y tener su propio impuesto al cheque. No fue original: el ex ministro lo aplicó en la Argentina con una receta traída de Brasil, aunque ese distorsivo tributo ya existía en otros países como Colombia y Ecuador, donde también genera problemas. Pero las intenciones del venezolano no son las mismas que lo hicieron nacer aquí. El impuesto a las transacciones financieras se aplicará en Venezuela con una tasa de 1,5% para absorber liquidez y, así, intentar frenar la preocupante inflación que a esta altura del año supera allí 11%. Pero lo hace, además, por el efecto que provocó en el mercado venezolano una demagógica baja del IVA a 9%, que ahora debe compensar con otros ingresos. Por eso subió también el impuesto a los cigarrillos -aunque sigue siendo inferior al que rige aquí- y al alcohol.
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Analistas dijeron que la medida busca compensar la baja de ingresos generada por una disminución de cinco puntos en el IVA, a 9%, que decretó Chávez este año con el argumento de abatir la inflación.
Entre las exenciones al pago del tributo figuran la República y demás entes políticoterritoriales, las entidades públicas con o sin fines empresariales, el Banco Central de Venezuela (BCV) y los Consejos Comunales y demás organizaciones comunitarias; así como los débitos que se generen en la administración de condominios de uso residencial.
Chávez eliminó en febrero de 2006 un impuesto similar con una alícuota de 0,5%, cuando los ingresos fiscales del Estado comenzaron a repuntar gracias al incremento de los precios del crudo, su principal producto de exportación. Además, la Gaceta oficializó un aumento de los impuestos al tabaco y al alcohol a partir del 15 de octubre, una medida con la que el Estado prevé ingresar unos u$s 233 millones.
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