26 de diciembre 2003 - 00:00

Cierran mercados de carne a EE.UU. por la "vaca loca"

El caso de "vaca loca" en Estados Unidos movilizó al mercado de la carne. Todos los compradores paralizan sus operaciones. Se prevé un nuevo escenario para la ganadería. En este contexto, la Argentina poco puede aprovechar para ganar clientes internacionales. Cómo errores pasados se pagan caros en esta coyuntura.

Cierran mercados de carne a EE.UU. por la vaca loca
Mientras la contraprueba realizada en Gran Bretaña confirmaba ayer la existencia de un caso de «vaca loca» en Estados Unidos, el mundo seguía cerrándole los mercados al principal país ganadero del mundo.

Un panorama incierto se cierne sobre Estados Unidos, el mayor comercializador internacional de carnes: Japón, México y Corea del Sur -los mayores compradores de carne estadounidense-, Singapur, Malasia, Hong Kong, Taiwán, Rusia, Ucrania, Chile, Brasil y Colombia le suspendieron las compras. El gobierno estadounidense actúa con prudencia, negocia con sus compradores y trata de difundir mensajes tranquilizadores a la población para evitar mayores pérdidas a las ya registradas durante la primera jornada en que su sanidad animal fue puesta en jaque. El cierre de Japón y de Corea que compraron u$s 2.000 millones por carnes este año es el de mayor impacto para los estadounidenses. Ahora su reapertura dependerá del poder negociador de los estadounidenses y, en ese marco, comenzarán a terciar las relaciones comerciales existentes con sus principales compradores.

En tanto, la contraprueba dio positivo. Un comunicado del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) difundido ayer indicaba: «Los veterinarios británicos concuerdan con las evaluaciones que ya hizo el Departamento, sobre que se trata de un caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina (BSE)...».

El laboratorio británico de Waybridge deberá hacer ahora «una serie de tests suplementarios» para la confirmación definitiva del diagnóstico...».

• Temor

El animal afectado por «vaca loca» fue descubierto en un criadero de Mabton, en el estado de Washington. Es una vaca raza Holstein que no estaba destinada a la cadena alimentaria y ya fue sacrificada. No obstante, el mayor temor se funda en que gran parte de la carne relacionada con el animal enfermo ya podría haberse consumido, según manifestaban voceros oficiales.

Esta situación hizo que el frigorífico Verns Moses Lake Meats, donde se vende la carne de la granja afectada, retire del mercado más de 5 mil kilos de carne cruda por previsiones de que los productos puedan estar contaminados.

En tanto, las acciones de las cadenas de restoranes y comidas rápidas cayeron porque se prevé una importante reducción del consumo de carne vacuna.

La cotización de McDonald's, la primera cadena de hamburguesas del mundo, cayó 5,22 por ciento en la Bolsa de Nueva York. Wendy's, la tercera, tuvo pérdidas de 4,72 por ciento (ver más datos en página 4).

Pero el golpe afectó a la industria ganadera estadounidense en general, con negocios de alrededor de 27 mil millones de dólares anuales, lo cual se vio en la caída de las cotizaciones del ganado en Chicago, situación que se extendió a los cereales, tanto en los mercados de disponibles como de futuros, con excepción extraordinaria de la soja. La operatoria de la oleaginosa comenzó con una brusca caída, al compás de los restantes granos, pero luego se recuperó y cerró con un alza de 2,5% ante la posibilidad de que la demanda de soja repunte sustentada por la necesidad de suplementar el ganado con harinas vegetales en lugar de harinas de carne, preferida habitualmente por los menores costos.

La Unión Europea prohibió hace un tiempo la importación de carne estadounidense por preocupaciones de que el ganado haya sido sometido a tratamientos con hormonas del crecimiento, y permite sólo una cantidad limitada de carne de Estados Unidos
. Ahora comunicaron que evaluaban aumentar las medidas de prevención. Gran Bretaña, en tanto, ofreció a Estados Unidos su experiencia en la lucha contra esta enfermedad degenerativa, que obligó a los granjeros británicos a destruir cerca de 3,7 millones de cabezas de ganado en los '90 para destruir todo animal infectado con la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB).

Los científicos creen que la gente puede contraer una variedad de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob por consumir productos cárnicos infectados con EEB, como sesos o material de la médula ósea
.

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