No fue bueno el remate del día, después de aparecer la bisagra con la licitación de LETES y a la que se pretendía dar dos lecturas: los optimistas diciendo que el casi 11 por ciento pagado por el Estado era un par de puntos menos a lo esperado. Pero los que cotejaban contra lo anterior veían una suba sustancial respecto de la anterior. Esto, más el termómetro de un riesgo-país que sigue marcando fiebre muy alta, dejaba en una isla la actuación de los papeles privados. Estuvo presente el fuerte ritmo, cambiando por ráfagas, con predominios alternados y hasta claras zonas de lo que se llama «enchufe» en la jerga. Se tomaron máximos por encima de 2 por ciento, camino de 2,5 por ciento, pero la última hora fue opacando todo.
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Las dudas que cada vez toman más cuerpo, tras el efecto de un nombre, fueron dejando claros manifiestos y en ciertas plazas clave -como Pérez Companc el día las dejó dadas vuelta. El volumen real para locales pasó por unos 43 millones de pesos, otros 12,5 millones de pesos son extranjeros, con un poder de asimilación que se disipó mucho sobre el cierre. Así los dos índices mervales quedaron abajo de 2 por ciento, sumándose plazas vendedoras de modo eslabonado. Mucho menos sólido que lo anterior, ampliando incertidumbres, la plaza quedó con cartel de «condicional» la línea de hoy. Faltaba la alocución de Cavallo a la noche, señales que irán a teñir la rueda de hoy. Menos impulso, más realismo. Informate más
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