Confirman castigo a empresas que usen más energía. Ayer, al límite
Se está acelerando en forma preocupante la demanda de energía en todo el país. Por las altas temperaturas, el sistema nuevamente ayer, como hace 20 días, estuvo al borde del máximo disponible. Se empieza a sentir a pleno el «boom de acondicionadores de aire», cuyas ventas en fuerte ascenso implican en paralelo más consumo energético. El gobierno en este contexto dejó de dudar, y ayer el Ministerio de Planificación convalidó la obligación a grandes usuarios industriales a mantener el consumo de electricidad de 2005. Para el excedente, deberán conseguir equipos propios o tendrán cortes o penalizaciones. Abundan las dudas: ¿quién costeará los medidores que se instalarían en 4.000 empresas? ¿Qué pasa si se presentan amparos contra cortes? La solución está muy lejos aún.
El Ministerio de Planificación a cargo de Julio De Vido ratificó ayer el servicio de energía plus por el cual los grandes usuarios de electricidad deben consumir lo mismo que en igual período de 2005 y contratar equipos por fuera del sistema interconectado nacional para el consumo por encima de ese límite.
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Por la Resolución 1.784, el ministerio ratificó la Resolución 1.281 de la Secretaría de Energía y revalidó las notas de esa dependencia a Cammesa, la empresa mixta que controla el mercado mayorista eléctrico, por las cuales se va reglamentando el esquema.
Hasta ahora, hay tres notas del secretario de Energía, Daniel Cameron, a Cammesa, y en ellas se establece:
Criterios de asignación de la energía, de modo que los grandes usuarios industriales y comerciales que demandan más de 300 kilowatts de potencia sólo pueden tomar contratos de energía por la misma cantidad utilizada en igual período de 2005. Por encima de ese nivel, el usuario debe salir a buscar energía plus como generadores a diésel, comprando el equipo o acordando con alguien que quiera prestar el servicio.
La generación a cargo de centrales estatales (como Yacyretá, Salto Grande y las nucleares), de hidroeléctricas privadas sin contrato y de las centrales térmicas que no tienen contratado combustible (y que dependen del Estado para conseguirlo) atenderán la demanda de los usuarios que utilizan menos de 300 kilowatts de potencia (residenciales y pequeñas y medianas demandas industriales y comerciales).
El sistema rige desde el 8 de noviembre pasado.
Se instalarán 4.000 medidores que registrarán on line la energía consumida por los grandes usuarios. El sistema de medición es distinto del que habitualmente utilizan las distribuidoras, porque permitirá seguir en tiempo real la evolución del consumo, discriminando incluso entre el horario pico, valle y resto de las horas.
Todo lo que se consuma por encima del nivel de 2005, se lo van a cobrar con el precio de la energía de las últimas máquinas que ingresan para cubrir la demanda del sistema.
Pero por otra parte, cuando la demanda general lo exija, las distribuidoras deberán ordenar a las empresas que dejen de consumir, para lo cual se fijaron ya penalizaciones económicas.
En las firmas que entran dentro de este segmento, el problema que se discute no es el costo del equipo propio por adquirir, sino la disponibilidad de gas, estimándose que el millón de btu cuesta 2,50 dólares, el equivalente en gasoil 12 a 14 dólares y la misma cantidad en fueloil entre 6 y 7 dólares. Las empresas no quieren correr con ese costo por eso insistieron en que se encuentren mecanismos para repartir el costo de la crisis energética.
Pero el mensaje oficial que fue ratificado por De Vido, lo que significa que ya no habrá vuelta atrás, es que el gran usuario de más de 300 kilowatts de potencia, si no encuentra fuente alternativa para el excedente por encima de 2005, va a tener que pagar mucho más y no tendrá seguridad de lograr abastecimiento.
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