Una interesante entrevista realizó nuestra colega Florencia Lendoiro, a la economista Diana Mondino, donde se enfocaron temas que están en plena virulencia -como el conflicto con el agro- o aquellos que están sumando presión, si bien con efectos todavía no eruptivos: la inflación.
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Sobre este aspecto, dejó un interesante concepto la economista, al comentar que: «está controlado el índice, pero no la inflación...». Sugestivo además, resulta una frase sintética aunque cargada de imágenes diversas.
Alguien diría que no conviene buscarle segunda intención, si con la primera basta y sobra. Y la primera, tal como está expresado, es que los funcionarios están teniendo bajo sus designios al índice que se otorga mensualmente, pero la verdadera inflación está yendo aguas arriba: y esto es lo que no puede ser controlado, aunque exista como un pacto de silencio en todos los involucrados -consumidores incluidos- para hacer ver que nos creemos los números que se difunden y se dan por oficiales.
Esa enorme brecha que separaa los índices mayoristas de los minoristas, desde la devaluación, no se está cubriendo desde lo que emerge como índice: pero, la sensación inequívoca (de lo que dura cada billete grande que se cambia) nos transmite otra realidad. Para hacernos los tontos, mientras el agua no nos molesta demasiado o nos llega al cuello, los argentinos somos perfectos. Después, en un santiamén, varían los humores y las expectativas racionales caminan hacia la otra dirección, haciendo viraje en redondo. Nos ha pasado desde siempre y está visto que nos seguirá pasando. Todo es cuestión de tiempo.
Nos hace tender un paralelo con muchos inversores de Bolsa, que conocimos a lo largo de estas décadas y que solamente creen en una caída a pique de una tendencia: una vez que los precios se desmayan de buenas a primeras. Venían observando subas tras subas y aumento de volumen de modo ininterrumpido, una suerte de progresión imposible de sostener por mucho lapso. Las señales de peligro que brinda un mercado para saber decir: basta. Y, a pesar de haberlo visto antes, y quedar atrapados, en el ciclo alcista siguiente les vuelve a pasar lo mismo. Recién se resignan cuando la estampida se formaliza y todos se pisotean por tratar de salir.
Dejemos en claro que lo que expresó Diana Mondino fue solamente la frase encomillada, mencionada al principio. Lo demás fue una interpretación, seguida de ciertas disquisiciones de esta columna. Controlar el índice y no la inflación, nos ha sugerido lo que exponemos: aunque quizás no se insinuó tal cosa. Pero, si no es así: ¿qué se quiso decir?
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