Los motivos pueden ser tema para disquisiciones, entre las causales diversas que advierten los operadores. Pero lo que no resulta materia para mucha discusión es el modo en que se arribó al saldo final de nuestros índices. Si en la rueda previa había existido un vigoroso cruce entre las fuerzas, donde a una oferta agresiva se le pudo oponer una demanda generosa, en la víspera una pareció agotar sus energías, el poder de compra a precios anteriores. Mientras desde la otra vereda, las incursiones siguieron siendo profundas.
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El volumen por una parte, la declinación del Merval por la otra, delatan el descalce. Y la simpleza de un gráfico forjó un dibujo que muestra un fugaz intento alcista en el arranque del día, para precipitarse después del mediodía en un derrape que lo dejó solamente en 2.024 puntos al concluir las operaciones. Con ello, una brecha que se amplió, alcanzando 1,5% entre las principales.
Carente de reacciones, la pendiente se hizo notoria y, salvo algunos pasajes amesetados, la dirección no pudo cambiarse en su trasfondo, que era negativo.
Defecciones
Si se procura alguna faceta positiva, relativa, habría que hallarla en el hecho de una armonía en la ruta seguida por los dos indicadores. Ahora solamente con $ 50 millones de efectivo -viniendo de casi $ 80 millones-, en tal aspecto también se vio un cambio brusco, abajo.
La plaza rectora -Tenaris- prosiguió su fuerte camino a la depresión de precios, ayer con 2%, moviendo 190.000 títulos en su plaza. Grupo Galicia se pasó al otro lado, haciendo dúo con Tenaris y en igual baja porcentual. Pocas excepciones en la nómina, la que fue afectada por diversos matices, pero con el mismo signo adverso.
Un inicio de ejercicio que no encuentra la bonanza y ahora ya preocupando: por un piso que está a pasos de los 2.000 puntos. Y la Bolsa, acongojada.
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