Periodista: No es verdad que la acción de Berkshire Hathaway (la compañía de Warren Buffet) haya caído 99%, lo que se cayó es el sistema de operaciones. Sí es cierto, por increíble que parezca, que se retoma la especulación por GameStop y el papel vuela 21%. Una economía demasiado excitada obligó a la FED a postergar la prometida baja de tasas. ¿Ahora que la data sorprende y se enfría de golpe, tampoco le gusta a Wall Street? ¿Por qué retrocede si no? ¿Por qué tan frío recibimiento?
Diálogos de Wall Street
¿Qué pasó con la economía, Gekko? ¿Un enfriamiento súbito, acaso?
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La marcha de la economía y el comportamiento de Wall Street, bajo la lupa del analista que se escuda bajo el seudónimo de Gordon Gekko.
Gordon Gekko: Lo de Berkshire (y otros 30 papeles) fue una falla técnica, inusual, que se detectó y corrigió relativamente rápido, pero de las que se sabe que nunca estaremos completamente inmunizados.
P.: La posibilidad de un flash crash acecha siempre a la vuelta de esquina.
G.G.: En este caso fue muy acotado y no causó problemas serios. Nadie pensó en un crac en ningún momento. Ni los robots. No existió la zozobra.
P.: Desde el 29 de mayo, la velocidad de la liquidación de las operaciones se redujo a la mitad. ¿Le echamos la culpa a la migración hacia un régimen más ágil?
G.G.: No. Ya se sabrá la razón específica. En apariencia, fue la utilización de un software nuevo.
P.: Un sistema más ágil, pero ¿más inestable también?
G.G.: No. El nuevo régimen achica sensiblemente los riesgos de operación.
P.: La economía se frenó de golpe. El pronóstico en tiempo real de la FED de Atlanta, que a mediados de mayo presagiaba un crecimiento de 4,2% para el segundo trimestre, se redujo a 2,7% a fin de mes. Y este lunes a solo 1,8%. ¿Qué diablos pasó? No puede alegarse acá que alguien apretó mal una tecla.
G.G.: No. Estos cómputos se hacen sin mayor apuro. No se olvide tampoco que estamos en pleno empleo. Y 1,8% es la tasa de crecimiento potencial no inflacionaria (o sea, compatible con una inflación en la meta de 2%) que tiene la FED en mente. No sería un drama. No es una recesión.
P.: Desde ya. Pero la velocidad de la transición es pasmosa. Y, dado el empuje inercial, quién asegura que se detenga en este punto y no siga camino hacia un parate más serio. A este ritmo, en unos pocos días más.
G.G.: Un pronóstico en tiempo real es muchísimo más volátil que uno tradicional. Está diseñado para eso, para reflejar a pleno el impacto de los cambios en el margen, indicador tras indicador.
P.: Ok. Y lo que nos dice es que los indicadores económicos se están cayendo uno tras otro como los palotes en el bowling.
G.G.: Varían más que lo que presumió el modelo. Por eso, la nueva data pega tan fuerte en la revisión de los números. Uniformemente hacia abajo.
P.: El pronóstico preveía un trasfondo robusto y empujando hacia arriba. ¿Llegó la moderación que esperaba Powell y su gente cuando pivotearon hacia la baja de tasas?
G.G.: La data que se enfría es de marzo y abril. Ya pasó, aunque las lecturas se publiquen ahora. Los números anticipados de la balanza comercial, referidos a abril, tuvieron gran incidencia. El déficit se expandió más de lo esperado. Y detrae del producto bruto. Pero, ¿qué nos dice sobre la actividad y el gasto? Las exportaciones crecieron, pero las importaciones crecieron más: 0,5% versus 3,1%. ¿Dónde está el enfriamiento? Las importaciones de automóviles treparon 10%. Hay que podar la previsión del PBI, pero no la de la demanda final. Y las ventas finales son las que tiran del carro.
P.: Usted pensaba en un rebote de la actividad en mayo. El informe ISM, conocido este martes, sorprendió con una caída. Esa es data fresca y relevante.
G.G.: Correcto. E hizo su contribución para recortar el pronóstico de la Atlanta FED. Sin embargo, un relevamiento similar, el PMI, ratifica una expansión muy sólida en la industria manufacturera.
P.: O sea, exactamente lo contrario.
G.G.: Tal cual.
P.: ¿Y cuál es la visión correcta?
G.G.: En el tiempo ambos dirán lo mismo. Pero, téngalo presente, la FED de Atlanta se alimenta con el ISM y no incorpora el PMI. Y, punto dos, la actividad manufacturera no juega un papel relevante en la expansión. No hasta el momento. Si el ISM está en lo cierto tampoco será un drama nuevo, sino la continuidad de lo que venía aconteciendo. No es una señal de debilidad donde antes existía fortaleza.
P.: Nos tapó la data. No me queda muy claro si la economía avanza o retrocede.
G.G.: Avanza, pero a qué velocidad es debatible. No se discute la pausa de fines de marzo y de abril. Está probada. La incógnita es el repunte de mayo. ¿Es un espejismo o no? Demasiado pronto para pronunciarse. Esa es la advertencia del ISM a contramano. De momento, que aflojen las tasas largas le da crédito. El informe de empleo nos orientará mejor.
P.: ¿Esto es bueno o malo? ¿Cómo lo tomarán la FED y los mercados?
G.G.: Ver y esperar es el mantra de la FED. Y la data volátil le da la razón. Wall Street no debería tener queja. Y de fondo no la tendrá. Pero cuando uno se trepa a las ramas del árbol preferiría que no se agiten. Aun si soplan vientos favorables.
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