26 de diciembre 2006 - 00:00

Dicen en el campo...

Jorge Amaya
Jorge Amaya
  
  • ... que, a pesar de la desmentida de la ministra Felisa Josefina Miceli, acerca de que «no se aumentarán las retenciones», la versión siguió corriendo como reguero de pólvora, y reactivó el malestar del interior, además de contradecirse con afirmaciones de otros funcionarios que, en privado, reconocen que la medida «ya está escrita». Parece, sin embargo, que hay diferencias internas entre los que propugnan un aumento directo de las alícuotas y los que hablan de «retenciones móviles», tal el caso, aparentemente, del propio presidente Néstor Kirchner. De cualquier modo, la gente del sector rechaza de plano cualquiera de las vertientes, especialmente después que el propio gobierno reconoce que la recaudación es récord. La medida, siempre de acuerdo con los trascendidos, alcanzaría al maíz, la soja y también a la leche, dado el abrupto salto en los precios internacionales que llevó la tonelada de leche en polvo a u$s 2.700, con previsiones de que llegue a u$s 3.000 en el corto plazo, lo que temen arrastre los precios internos de los lácteos. Pero este producto también recalentó el ambiente en otros países, tal el caso de Venezuela, aunque allí no por el precio. El asunto es que los industriales del país bolivariano parece que están furiosos con el presidente Hugo Chávez por la «ayuda» que le daría a una cooperativa láctea argentina en problemas. «Con esa plata podríamos salvar a diez de nuestras usinas que están complicadas. Y encima le damos fondos para que compitan con nosotros», se quejan.

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  • ... que mientras los principales mercados de productos agropecuarios se volvieron prácticamente « virtuales» dadas las escasas operaciones (tanto en contratos granarios en las Bolsas, como en Liniers donde los ingresos de hacienda están sensiblemente disminuidos y el porcentaje de novillos que componen la oferta es tan bajo que ni siquiera permite sacar los índices), un nuevo elemento se podría sumar en los próximos días a la ya alterada plaza ganadera. Es que si el SENASA insiste con iniciar un nuevo caravaneo de los terneros al comenzar el año, la medida puede complicar aun más el ya tormentoso panorama. El hecho es que ni siquiera muchas de las oficinas del ente oficial saben muy bien qué hay que hacer, mientras los productores, enojados por el nuevo costo (los animales deberán llevar dos caravanas, una en cada oreja), siguen desconcertados sobre cómo planificar sus movimientos de hacienda, ya que a 6 días de la medida, nadie sabe explicarles nada. Por supuesto, ni el titular del SENASA, Jorge Amaya, ni el director, Jorge Dillón, aparecen por los lugares que solían frecuentar... Tampoco parecen estar enterados de los «acopios» de hacienda que tienen algunos frigoríficos, que contravendrían las más elementales normas sanitarias, mucho más si son para exportación, y tampoco desmienten ni aclaran algunas versiones que hablan de denuncias sobre transgresiones graves, como el costo de $ 35 por caravana (pero con Renspa incluido) que se consigue en ciertas zonas, sistema que permite blanquear operaciones en negro, además, claro está, de los pingües beneficios para los que ofrecen el «servicio». «¿Para qué quieren el reempadronamiento, si ni siquiera pueden controlar lo que ya tienen, ni procesar los datos que reciben?», se quejan cada vez más fuerte muchos ganaderos.

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  • ... que el agotamiento del año, el calor, etc., tiene a todos muy nerviosos, o diciendo tonterías. En el primer caso, un ejemplo muy claro fue el de la titular de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación, la santafesina K, Ana Berraute. Es que en una reunión en la que había gente de prensa, alguien intentó nuevamente lograr sacarle alguna declaración (algo más que infrecuente, desde que asumió en reemplazo de la desplazada María del Carmen Alarcón). «A los que me tratan mal no les doy reportajes», fue la insólita respuesta de la representante del pueblo. «¿Será por eso que no aparece en ningún lado?», fue la pregunta de otro colega que asistió al insólito diálogo. Para el segundo ejemplo, el clásico fue el del infaltable secretario de Agricultura, Miguel Santiago Campos que, como al principio de su gestión, volvió a reeditar la veta poética en sus discursos, escasos últimamente, y al referirse a los alimentos afirmó que «los argentinos tienen que 'amar' los alimentos, porque (los alimentos) los aman», y eso, tras anunciar que «si Dios nos ayuda..., la cosecha va a ser récord absoluto»(?). Aunque, el mayor galardón de la semana correspondió a los creativos de los avisos oficiales. Es que además de insistir con valores que difícilmente se encuentran, deja en evidencia la falta de coordinación entre áreas como la Secretaría de Comercio, del cada vez más vapuleado Guillermo Moreno, y la propia presidencia, ya que los precios «máximos» a los que aconsejan comprar a la población muestran sensibles diferencias, según los publique uno u otro. ¿Habrán chequeado sus fuentes?
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