Docencia de Kirchner a Correa para no pagar
El ecuatoriano Rafael Correa escuchó durante dos días lecciones de Hugo Chávez sobre cómo ser bolivariano. Ahora, el flamante presidente recurrirá a otro latinoamericano para continuar con su instrucción. Néstor Kirchner le hablará durante la cumbre del Mercosur de mañana y pasado para enseñarle la forma de tratar con los acreedores externos. Aparentemente, Correa quiere repetir la experiencia de pagar, pero con quita de su deuda. Funcionarios de Felisa Miceli, que no intervinieron en esa operación, viajarán a Quito para el asesoramiento. No es la primera vez que la Argentina hace este tipo de docencia. Domingo Cavallo ya había sido asesor del fallido Abdalá Bucaram a mediados de la década pasada, pero para implementar la dolarización.
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Rato señaló que ya inició el diálogo con el equipo económico de Correa, incluida una reunión «constructiva» que tuvo lugar con el ministro del área, Ricardo Patiño. A su vez, Patiño advirtió que la reestructuración de la deuda con los acreedores privados puede llevar días o meses, y que el gobierno aguardará «el momento oportuno» para hacerlo. Además, el presidente ecuatoriano no ha descartado una suspensión de pagos para dedicar los fondos a programas sociales.
«Puede ser en una semana, en tres meses, todavía no lo sabemos. Tenemos que analizar muy bien esto», manifestó Patiño y agregó que ya recibió la visita del peruano Oscar Ugarteche, un «especialista mundial» en temas de deuda externa y que en las próximas semanas llegará la misión argentina. El lunes, al tomar posesión de la presidencia, Correa declaró que se irá «a una renegociación soberana y firme de la deuda externa ecuatoriana y, sobre todo, de las inadmisibles condiciones que nos impusieron en el canje de 2000».
«Sean solidarios: renegociemos la deuda (pública de u$s 10.313 millones), reestructuremos y nosotros solos atenderemos a nuestro sector social», añadió, enfatizando que acudirá al financiamiento externo «sólo cuando sea estrictamente indispensable».
Ayer, en su primer día de trabajo en el cargo, Correa se reunió en Quito con su homólogo de Venezuela, Hugo Chávez, para firmar varios acuerdos y contratos en materia.
El más importante hace referencia al refinado en Venezuela de 100.000 barriles de crudo ecuatoriano con un costo reducido, ya que Ecuador produce unos 500.000 barriles de crudo al día, pero no tiene capacidad suficiente de procesamiento para elaborar sus combustibles de consumo interno.
Otro acuerdo entre Correa y su amigo Chávez es el de apertura de una oficina del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela en Ecuador con un capital de u$s 25 millones.
Correa continuó, además, con su caballo de batalla de la Asamblea Constituyente. Ayer, remitió al Tribunal Supremo Electoral el estatuto del funcionamiento del cuerpo, que tendrá una duración de 180 días y estará conformado por 87 personas, según confirmó el gobierno ecuatoriano.
El presidente convocó el lunes directamente y sin el aval del poderoso Congreso de 100 miembros a una consulta popular para que los ecuatorianos resuelvan el 18 de marzo si ordenan o no la instalación de la polémica Asamblea, que tendría poderes omnímodos para cambiar el andamiaje jurídico del país.
La corte electoral, en la que una frágil mayoría oficialista opera al igual que en el Congreso, podría pronunciarse en esta semana sobre la viabilidad de la consulta dispuesta por Correa.
Además, el presidente incrementó de u$s 15 a u$s 30 un bono mensual de asistencia social que beneficia a cerca de 1,2 millón de pobres.
Por otra parte, Correa oficializó su decisión de no reanudar la negociación de un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, suspendida por Washington en abril de 2006 tras aplicarse reformas en Ecuador que quitaron ganancias a las petroleras norteamericanas.
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