O tra de las variedades, de su extensa gama, presentó ayer el mercado accionario local: proponiendo una lucha de «hierro corto», en un marco que se hizo sumamente reducido y creando dificultades de liquidez en las operaciones. Nadie podía así salir de sus posiciones, a menos que forzara una baja pronunciada en los precios, o se limitara a entregar dosis módicas ajustándose al escaso poder receptivo. De ello emergió una fecha con algo de incremento, 0,4 por ciento, que bien podía haber quedado con el signo cambiado y sin que causara asombro.
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El gran dato fue la vuelta a ese caudal escaso, rompiendo el promedio en torno de $ 70 millones y dejando como una anécdota las fechas superiores a los $ 100 millones. Decantando del total lo echo por CEDEAR, ayer muy activos, quedaron unos $ 43 millones tan sólo para las acciones.
La expresión de índole reglamentaria, la «rueda reducida» para acciones con problemática, se podía adjudicar literalmente para calificar el desarrollo de la víspera. Una marca máxima Merval en los 1.252 puntos, mínimos que no perforaron lo anterior y un cierre de 1.240 como para modificar indicador y que no pasara como totalmente en blanco el devenir del día. Pero, en la imagen, resultó rueda que no aportó nada de nada. Salvo esa contracción brusca y un recodo del amplio camino para transar, que se hizo una senda estrecha y a la que se transitó con cuidado. La oferta deberá optar por forzar o ajustar pretensiones.
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