El canciller, Rafael Bielsa, sostuvo ayer que existe un « agotamiento» del modelo de relación con el Fondo Monetario Internacional y consideró lógico que su país y Brasil elaboren estrategias comunes para negociar sus voluminosas deudas. «Nos parece lógico que un país que debe un PBI y medio, como la Argentina, y otro como Brasil, que adeuda 300.000 millones de dólares, no afronten la discusión con los organismos de crédito cada uno por su lado», dijo el canciller. No habló del rechazo del gobierno de Brasil a adherir a un «club de deudores».
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Paralelamente el gobierno hizo conocer anoche su satisfacción y resaltó que el acuerdo entre los presidentes de la Argentina, Néstor Kirchner, y de Brasil, Inácio Lula Da Silva «está en marcha», tras el llamado que el presidente brasileño realizó a su par de Estados Unidos, George W. Bush (ver pág. 5).
«El Presidente está muy satisfecho y contento» por la actitud del mandatario del Brasil en expresar su apoyo a la postura argentina en torno a la negociación por su deuda externa. A criterio de los funcionarios, este gesto es «la confirmación de lo acordado en Caracas» por ambos presidentes en oportunidad de la reciente Cumbre del Grupo de los 15, y «demuestra que el entendimiento allí alcanzado está en marcha».
«Este llamado permite despejar las suspicacias de quienes minimizaban lo acordado en Caracas», expresaron las fuentes anoche en Casa de Gobierno, al señalar que el encuentro previsto para el próximo 10 en San Pablo está «totalmente confirmado» y en el cual es probable se dé a conocer una declaración conjunta. Lo cierto es que el llamado telefónico de Lula es muy diferente a lo que hizo trascender el gobierno el viernes último respecto de una negociación conjunta de los dos países ante el FMI. De hecho en ese llamado a Bush, lo de la Argentina fue una mención entre varios temas conversados como la situación en Haití, y en Brasil mismo.
En Casa de Gobierno agregaron anoche que «si la Argentina y Brasil se unen será una preocupación para el Fondo», ya que juntos representan más de 500.000 millones de dólares de deuda y ahora están en pleno proceso de «acordar una estrategia y una acción en común» con los organismos internacionales. Agregaron que el Presidente entiende que este acuerdo «es lo mejor para el país a largo plazo, y asociarse dará una fuerza extraordinaria a ambas naciones».
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