14 de diciembre 2025 - 13:34

Federico Sturzenegger defendió la desregulación como eje de un "cambio cultural" profundo

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado sostuvo que las acciones impulsadas por el Gobierno buscan mucho más que simplificar normas. Según su visión, durante décadas se frenó la iniciativa privada y el desarrollo económico.

El ministro de Desregulación escribió una columna que aparece en un momento clave de debate por las reformas. 

El ministro de Desregulación escribió una columna que aparece en un momento clave de debate por las reformas. 

Coloquio IDEA

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, sostuvo que la política de desregulación impulsada por el Gobierno no se limita a una simplificación administrativa, sino que apunta a un cambio cultural de fondo en la relación entre los argentinos y el Estado. Así lo expresó en una columna de opinión en la que definió el proceso como una transformación “estructural, profunda y moral”.

En su texto publicado en Clarín, Sturzenegger planteó que durante décadas la Argentina quedó atrapada en un entramado normativo que terminó funcionando como una “frontera interna”, más restrictiva que cualquier límite geográfico. Según describió, se consolidó un sistema de leyes, decretos y reglamentaciones superpuestas que no regulaban la actividad económica, sino que la frenaban y la sometían a controles permanentes.

“La Argentina vivió encapsulada dentro de un ecosistema normativo que parecía diseñado no para ayudar, sino para vigilar, frenar y domesticar la energía creativa del país”, escribió el funcionario, al explicar el diagnóstico que motivó la creación del ministerio que hoy conduce.

En esa línea, afirmó que la desregulación no implicó eliminar controles de manera arbitraria, sino desarmar un esquema que había naturalizado lo absurdo. En su columna, señaló que el problema central no era la dificultad para producir o vender, sino los obstáculos impuestos por el propio Estado, que convertían cada emprendimiento en un “vía crucis administrativo”.

Sturzenegger diferenció dos planos del proceso de transformación. Por un lado, el normativo, que calificó como el más visible y abordable, centrado en eliminar reglas que solo generaban trabas. Por otro, el cultural, al que definió como el verdadero desafío: modificar décadas de dependencia y de un sistema de incentivos que, según sostuvo, premiaba el privilegio y castigaba la libertad.

“El cambio cultural es mucho más arduo”, advirtió el ministro, al remarcar que la libertad también genera incomodidad en una sociedad acostumbrada a un Estado omnipresente. En ese sentido, comparó la situación con “una jaula cuya puerta está abierta, pero de la que cuesta salir”.

Federico Sturzenegger.jpeg
Sturzenegger es uno de los funcionarios claves del Gobierno, y el titular de las reformas

Sturzenegger es uno de los funcionarios claves del Gobierno, y el titular de las reformas

En la columna, el funcionario también vinculó la necesidad de la transformación con el deterioro social acumulado. Mencionó la emigración de millones de argentinos en los últimos años como una de las consecuencias más visibles del estancamiento económico y de la falta de oportunidades.

Para Sturzenegger, la reforma del Estado no debe leerse como un recorte, sino como una “reconstrucción moral”. En su visión, un Estado más chico en su intervención cotidiana puede ser, al mismo tiempo, más eficaz en su rol de garante de reglas claras, horizontales y previsibles.

El ministro sostuvo además que ya se observan señales de respuesta por parte de la sociedad. “Cuando uno libera la energía de la sociedad, la sociedad responde”, escribió, al destacar la aparición de nuevos proyectos y una mayor dinámica económica tras la eliminación de trabas burocráticas.

Si bien reconoció que el proceso está lejos de completarse, afirmó que el país dejó atrás la lógica de los cambios superficiales y de los parches coyunturales. “Por primera vez en mucho tiempo, Argentina dejó de caminar en círculos”, aseguró.

Finalmente, Sturzenegger subrayó que el verdadero logro del proceso no será individual ni institucional, sino colectivo. "Argentina se está reencontrando con su mejor versión. Se está animando a soñar. Empieza a creer. Eso, después de tantos años, es en sí mismo una revolución. ¡Viva la libertad carajo!", concluyó.

Dejá tu comentario

Te puede interesar