18 de agosto 2003 - 00:00

Gobierno apuesta a lograr una nueva presión de Europa

«La carta que voy a jugar con el FMI es la de hablar a los presidentes de la Unión Europea.» La frase fue de Néstor Kirchner para el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, preocupado por la falta de avances en las conversaciones con los técnicos que se encuentran en el país. «Poco importa la posición del FMI», agregó en esa conversación, usando como aval lo ocurrido en enero para la firma del miniacuerdo, cuando pese a la resistencia del staff, se llegó a un entendimiento.

Pero hay algunas cuestiones diferentes. La situación de atraso en el tema tarifas ya ocupa el centro de la escena y el gobierno, más precisamente el ministro Roberto Lavagna lo palpó claramente. Recibió hace diez días una misiva de Pascal Lamy, comisario de Comercio de la Unión Europea con fuertes críticas a una eventual demora en la actualización de las tarifas de servicios públicos. A ello debe sumarse la declaración del ministro de Economía de Francia, Francis Mer, quien poco antes de partir de Buenos Aires en su última visita declaró en un reportaje que su país no iba a avalar en las deliberaciones en el directorio del FMI un acuerdo que incluya una nueva postergación de la suba en tarifas.

Rechazado

Para Economía hay un «borrador» ya en discusión, pero el primero de ellos, impulsado por Lavagna, fue rechazado por el presidente Kirchner. Incluía ese incremento de tarifas y un ajuste del superávit primario gradual. Inicialmente esperaban en Economía que el texto definitivo de la Carta de Intención estuviera listo para el 20 de agosto, pasado mañana, mientras que el memorándum debería ser tratado, siempre en ese cronograma delienado por el equipo económico, por el directorio del organismo el próximo 2 de setiembre. El actual miniacuerdo vence el domingo 31 de agosto.

Paralelamente el estancamiento de las negociaciones con el FMI demora la presentación del proyecto de presupuesto 2004 en el Congreso, que por ley, el Ejecutivo debe enviarlo antes del 15 de setiembre. Como las variables están atadas a lo que en definitiva termine pactándose con el organismo internacional, la elaboración del presupuesto y la asignación, por ende de las partidas a cada repartición oficial, están trabadas
.

El objetivo de un acuerdo a 3 años siempre cuenta como objetivo refinanciar al país vencimientos por 12.500 millones de dólares con el FMI durante ese período. «Estoy seguro que vamos a llegar (al acuerdo en los tiempos previstos), a pesar de que es más dificultoso porque se marcaron reglas diferentes», señaló Alberto Fernández el fin de semana.

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