Tal vez la mejor prueba de que la semana que acaba de terminar estuvo dominada por los resultados contables se palpe al analizar la evolución de los principales indicadores del mercado. Mientras el Dow y el compuesto del NYSE cerraron con una ligera pérdida (0,38% y 0,02%, respectivamente) el NASDAQ y el S&P 500 se movieron en un sentido opuesto (ganando 0,63% y 0,59% de la mano de las empresas de biotecnología y los laboratorios). Otra prueba de lo dicho más arriba la dio la dicotomía entre la suba del índice del mercado electrónico y la merma de casi 2,5% que tuvieron las principales empresas de semiconductores, usualmente el motor de los movimientos del NASDAQ. Si bien es cierto que ya ha presentado sus números casi la mitad de los integrantes del S&P 500, y algunos ya sugieren empezar a mirar otros datos de la realidad (especialmente después de la baja que tuvo el Dow el viernes al perder 1,58 por ciento para cerrar en 8.306,35 puntos), lo cierto es que hoy llegan balances de 164 empresas, mañana es el turno para 335, el miércoles 286, el jueves 156 y recién hacia el viernes las cosas ceden con apenas 31. Mientras tanto, resulta interesante ver cómo cada día que pasa las aguas se están dividiendo un poco más entre los seguidores de lo que se suele definir como análisis fundamental y los del análisis técnico, tocándoles a los primeros la visión más negativa, mientras los segundos tienen una visión mucho más optimista. Interesante como el nombre de Alan Greenspan está volviendo a la palestra. A pesar de la ausencia de logros significativos en los últimos tres años, el que dos de cada tres norteamericanos les preocupa más la economía que el terrorismo lo hacen irresistible para el presidente Bush.
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