La inflación en Estados Unidos mostró en mayo un incremento menor al esperado, y mantiene la tendencia bajista por cuarto mes consecutivo, en un contexto de creciente tensión comercial por la nueva batería de aranceles impulsada por la administración Trump. Según informó la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), el índice de precios al consumidor (IPC) subió un 2,4% interanual, por debajo del 2,5% proyectado por el consenso de analistas, aunque por encima del 2,3% registrado en abril.
La inflación de EEUU subió al 2,4% anual en mayo, por debajo de lo esperado
La inflación en EEUU avanzó menos de lo esperado en mayo, con un IPC general del 2,4% y una suba mensual de apenas 0,1%. La moderación en los precios de la energía y los bienes duraderos suavizó el impacto de las tensiones comerciales, mientras crecen las expectativas sobre el rumbo de la política monetaria de la Fed.
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El dato fue aún más llamativo en su comparación mensual
El dato fue aún más llamativo en su comparación mensual: tanto el IPC general como el núcleo —que excluye alimentos y energía— avanzaron apenas un 0,1%, cuando se anticipaban subas del 0,2% y 0,3%, respectivamente. A nivel interanual, la inflación núcleo se ubicó en el 2,8%, una décima menos de lo esperado.
Aunque el alivio es leve y no modifica por sí solo el rumbo de la política monetaria —la Reserva Federal sigue sin señales claras de un recorte de tasas en el corto plazo, dado el sólido desempeño del mercado laboral—, el dato es relevante en medio de la escalada arancelaria, que amenazaba con trasladarse con mayor fuerza a los precios al consumo.
Inflación de EEUU: componentes destacados
Dentro del desglose mensual, la categoría energética —y en particular la gasolina— fue el principal factor moderador del índice general. El precio de la gasolina cayó un 2,6% en mayo y acumula un descenso del 12% interanual. En sentido contrario, la vivienda volvió a ser uno de los principales impulsores del alza inflacionaria, con una suba del 0,3% mensual y un 3,9% anual.
También se observó una leve suba en los alimentos, del 0,3% mensual. Por su parte, los bienes duraderos —uno de los segmentos más sensibles al impacto arancelario— se mantuvieron estables, con una variación mensual del 0,1%. Las caídas en autos usados (-0,5%), autos nuevos (-0,3%) y vestimenta (-0,4%) contribuyeron a esa moderación.
En cuanto a los servicios, una categoría clave durante el ciclo inflacionario post-pandemia, también se registró una desaceleración: subieron un 0,2% mensual, una décima menos que en abril.
Para los analistas de SEB, la reciente dinámica muestra una desaceleración en la tendencia inflacionaria: “Tras un repunte claro en enero, el núcleo del IPC ha crecido en promedio menos del 0,2% mensual en los últimos tres meses, afectado por la debilidad tanto en servicios como en bienes”. No obstante, advierten que los indicadores de corto plazo —como los índices PMI— ya reflejan un aumento en los precios de insumos y producción, probablemente vinculados al efecto de los nuevos aranceles. “Esperamos que la inflación de bienes vuelva a repuntar a partir de mayo”, concluyen.
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