El gobierno venezolano comprará alrededor de u$s 1.800 millones de bonos argentinos hasta fin de año. El ritmo sería de unos u$s 200 millones en BODEN 2012 cada veinte días. Así fue confirmado en encuentros que mantuvieron funcionarios del equipo económico (viajaron la ministra Felisa Miceli y el secretario de Finanzas, Alfredo Mac Laughlin) con sus pares venezolanos.
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Los fondos no tendrán como objetivo aliviar los pagos de deuda de la Argentina, ya que, según explican en el Palacio de Hacienda, las necesidades están cubiertas hasta fin de año. En realidad, las divisas tendrán como principal destino el fortalecimiento de las reservas del Banco Central, más allá del alivio financiero que eventualmente pueden proveer.
El objetivo del gobierno es superar antes de fin de año los u$s 28.000 millones en reservas para alcanzar el nivel previo a la cancelación de la deuda con el FMI. Pero no resultará tan sencillo: el BCRA deberá comprar importantes cantidades en el mercado de cambios, pero al mismo tiempo habrá que hacer frente a vencimientos de deuda que dificultarán la política de acumulación. Lo más duro vendrá en agosto, cuando Economía efectúe pagos por más de u$s 2.200 millones por el vencimiento de capital de BODEN 2012.
Un dato que trascendió ayer es que Venezuela ya se habría desprendido prácticamente de la totalidad de los bonos adquiridos a la Argentina en los últimos doce meses, a través de ventas en el mercado. Se trata de unos u$s 3.000 millones de los que sólo le queda 10%. El único título que no vendió Hugo Chávez es el BODEN 2015, colocado por la administración de Roberto Lavagna en el último trimestre del año pasado. «En aquel momento le aseguraron a Venezuela (que adquirió u$s 300 millones) que sería un título con liquidez, pero no hubo más emisiones y prácticamente no cotiza», explicaron en el Palacio de Hacienda. Incluso, Lavagna le recompró al Nación lo que la entidad había adquirido en la misma licitación por el mismo motivo, la iliquidez del papel.
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