Con una carga de incertidumbres que se formaron velozmente en el panorama mundial, durante los últimos días de la pasada semana, la apertura de las Bolsas estaba ayer condicionada: y con sacar un resultado sobrio, la faena podía darse por cumplida.
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Desde el Dow llegaba el principio de la estabilidad a ultranza, quedando de tal modo.
En cambio, se destacó un repunte notorio en el Bovespa, mercado que había protagonizado el descenso más duro de la etapa previa y consiguió un «rebote», como para suavizar el panorama. Por último, un Merval que se colocó en pisos de 2.047 puntos, una casi veintena de puntos debajo del cierre del viernes. Y ensayó un camino al ascenso que lo llevó hasta 2.074 unidades, para concluir en los 2.070. Al menos, dentro de la mediocridad propuesta, pudo también sumar y atesorando 0,32% de beneficio. Para el día, bastante...
Menor caudal
Quedó planteado, desde el indicador de los negocios, la posibilidad de una zona de volúmenes más discretos y respondiendo a lo que debería ser temporada baja para nuestra región. No se llegó a los $ 41 millones de efectivo, con una franja para acciones de sólo 8% escaso.
Entre los dos medidores de actividad, precios y órdenes, la imagen de la primera fecha resultó de ambiente estable, sin encontrar presiones de ninguna de las fuerzas.
Con cautela evidente, también aflojando la corriente intensa de la oferta, se permitió encontrar una «meseta» apropiada. Ausol produjo fuerte rebote de la caída del viernes, con porcentual de más de 7%.
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