21 de septiembre 2001 - 00:00

Más ventajas para que deudores estén al día

El Banco Central terminó de delinear un régimen más flexible para clasificar deudores, que al mismo tiempo permitirá la refinanciación de créditos atrasados en mejores condiciones. Recién la semana que viene será aprobada la norma, que se adapta al deterioro generalizado que sufrieron las carteras de los bancos, debido a problemas de empresas e individuos para cumplir normalmente con el pago de los créditos ante la prolongada recesión económica.

Un aspecto central del cambio es la modificación en la escala de clasificación de los deudores. De la tradicional que va del 1 (cumplimiento normal) hasta la 6 (irrecuperable), ahora se agregará una nota intermedia, desdoblándose la categoría 2 (mora leve).

Específicamente, se crea el nivel 2 «A» y 2 «B». La justificación para este medida es que los bancos se veían obligados en muchas ocasiones a castigar desmedidamente a una compañía pasándola al nivel de riesgo 3, aun cuando el atraso no era demasiado prolongado. Esto provocaba que la empresa perdiera toda posibilidad de conseguir crédito a través de otros bancos del sistema.

Ahora la categoría 2 «A» incluirá a las empresas e individuos con retrasos de hasta 90 días. Y la 2 «B» comprenderá a aquellos que ya están refinanciando sus deudas impagas. De esta forma, se busca darles la oportunidad a los morosos para que realicen un esfuerzo con el objetivo de «ponerse al día» a través de la refinanciación de sus pasivos.

Si cumplidos los 90 días el moroso no se sienta con el banco para refinanciar la deuda, entonces sí será pasado automáticamente al nivel 3.

Otras de las modificaciones tiene que ver con los clientes en situación 1, es decir, que vienen cumpliendo normalmente con el pago de sus deudas. La normativa actual permite a los bancos bajarle la categoría a un deudor desde el primer día de atraso.

Si bien muchas entidades prefieren esperar y le dan tiempo a la empresa atrasada, otras bajan la calificación en forma automática. El BCRA prefirió cortar por lo sano, y ahora ningún deudor perderá la categoría 1 si el atraso no supera los 31 días. A partir de ese momento, sí corre peligro cierto de una rebaja de la clasificación a la categoría 2.

Asimismo, también se premiará a los deudores morosos que muestran voluntad de pago. Para ello, a medida que comiencen a pagar las cuotas de las refinanciaciones, podrán mejorar más rápido de categoría, recuperando así el acceso al crédito en el sistema financiero.

En el caso específico de las empresas, esta posibilidad de subir de categoría también estará en función del porcentaje del crédito que se haya devuelto. También, del tiempo que haya mantenido con la situación regularizada.

Para el cliente minorista, será más sencillo, ya que la recategorización estará sólo en relación con la cantidad de cuotas pagadas.

Como incentivo para los bancos, también habrá un menor requisito de previsionamiento en el caso de compañías que salgan de una situación crítica en materia de mora. La menor necesidad de previsiones implica para las entidades la posibilidad de disponer de más capital, con lo cual podría mejorar su oferta crediticia.

Estas últimas disposiciones en materia de reclasificación y previsionamiento ya habían sido puestas en marcha para las empresas que participan en los planes de competitividad. Pero lo cierto es que tuvieron poca repercusión y terminaron diluyéndose. Por eso, en esta oportunidad, se decidió ampliar el beneficio para todo el espectro.

Dejá tu comentario

Te puede interesar