Una fecha que parecía parafrasear alguna película, algo así como «a la caza del miércoles rojo», extendió una corriente bajista que tuvo distintos elementos, según los recintos. Los vecinos brasileños veían una depreciación del «real», aparente problema con algún proyecto social que chocaría en la Corte de ese país. Aquí, al revés, con el «peso» que se derrite ante el dólar (y así, se puede abrir una brecha entre monedas de Mercosur, nuevamente desfavorable a nos). Pero, además, dentro de lo que es la habitual caja de sorpresas de un «gobierno de confusión», se torcía el régimen de pagos con los organismos y que trataría de explicarse ya hacia las 18 (con alocución de Lavagna). Las plazas, en general -excepción de Mexbol- iban hacia atrás. Y el Merval se alejó, nuevamente, de alcanzar la frontera del «600»...
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Moviéndose de manera reptante, por instantes de costado, lo que ayer se ponía en juego era llegar al título de ser «la mejor baja», entre los que bajaban. Y los Mervales remontaron mínimos, de «582» en el clásico, borrando un máximo fugaz de «594» y para concluir abreviando terreno, para quedar en «587», con una merma de 0,70% y bastante digerible.» Con volumen en los $ 46 millones, de los cuales se llevaron $ 15 millones los certificados, esa base de $ 30 millones quedó para las acciones. En verdad, no se encogió lo necesario en dirección a los precios, pero el mejor ritmo final en ciertas plazas -y algunas subas fuertes, en menores-aportó un grado mejor en el calificativo posible. Fluida, no pesada, selectiva, ¡distante de ser floja! y con nivel de expectante.
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