Para los mercados lo positivo de la carta que difundió el fin de semana la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es que no ha dicho que se opone a firmar un acuerdo con el Fondo Monetario (FMI). A partir de allí, pueden haber interpretaciones políticas diferentes respecto del mayor o menor compromiso personal que pudiera tener la titular del Senado en ello, pero los hombres de negocios opinan más o menos lo mismo que en la Casa Rosada: que se puede avanzar con el organismo y que no habrá obstáculos.
Test en el mercado tras la carta de Cristina: semana clave para los activos argentinos
La carta de la vicepresidenta fue interpretada como un “ponerse al costado” de las negociaciones y ello es visto de manera positiva. El miércoles los bancos tienen que vender u$s600 millones por regulaciones del BCRA.
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El sábado, la vicepresidenta volvió a manifestarse a través de las redes sociales con la difusión de una nota en la que básicamente rechaza el reclamo de la oposición a que se pronuncie públicamente sobre el FMI. Allí aclara que la responsabilidad de llevar la negociación es del presidente Alberto Fernández, y que la oposición tiene su parte en prestar respaldo en el Congreso.
Al respecto, Walter Morales, CEO de la consultora WISE consideró que cuando abran hoy los mercados “los bonos van a estar más independientes” del contexto político porque según señaló “los activos argentinos ya tienen valores irrisorios” y no tienen mucho margen para bajar aún más. El analista es de los que creen que la declaración que realizó Fernández el fin de semana se puede leer de manera favorable. “En términos de mercado se está haciendo a un costado”, explicó Morales a Ámbito.
Es que para varios operadores y administradores de fondos la vicepresidenta juega un papel crucial en las definiciones del gobierno, más allá de que en la nota ella se ubique en un papel secundario. No obstante, Morales considera que “no es suficiente” lo que se conoce hasta ahora del plan Plurianual. Para el analista es necesario que se presente un programa económico con recortes de gastos.
En ese sentido, el economista Sergio Chouza, director del Centro de Estudios de la Universidad de Avellaneda, afirmó que a su entender “faltaba la confirmación de puño y letra” de la vicepresidenta de que el ala más de izquierda del gobierno no se opone al acuerdo. “Todas las señales que se estaban dando era que no iban a bloquear el acuerdo”, señaló a este diario.
Para Chouza, todo el arco político en el oficialismo considera que “hay que ir a un nuevo programa con el organismo”. En función de ello, consideró que “los bonos deberían reaccionar de manera favorable” aunque planteó dudas. “El mercado muestra una irracionalidad absurda con los activos argentinos. El año pasado estaban más altos y objetivamente hoy la macroeconomía está mejor que en ese momento”, consideró.
El otro termómetro que seguirán viendo los analistas es el dólar. Las reservas líquidas del Banco Central, coinciden, tienden a cero o ya están en nivel negativo por lo que cualquier señal política puede generar ruido y disparar los precios. Mientras el gobierno aguarda que se liquiden las divisas de la cosecha de trigo, el BCRA resolvió que aquellas entidades financieras que tengan una posición global neta excedente de divisas, deberán venderlas.
Ante ese escenario, a partir del miércoles las entidades deberán adecuar su posición cambiaria, lo que, se especula, permitiría una recompra importante de dólares por parte del Central, que rondaría los u$s600 millones. Por otro lado, según estimaciones de WISE, el campo tendría para liquidar otros u$s2.300 millones de la cosecha fina. Con ello sumaría unos u$s2.900 millones, a los cuales habría que restarle los u$s1.900 millones del vencimiento con el Fondo de diciembre, de modo que neto le quedarían al BCRA unos u$s1.000 millones en el próximo mes y medio.
Al respecto, la consultora Ecolatina planteó en su último reporte semanal que “a pesar de que un acuerdo con el Fondo y un reacomodamiento de la política cambiaria podrían quitar presión sobre las reservas netas, el bajo punto de partida de éstas implica que la presión estructural continuará vigente”.
“Las mismas serán apenas suficientes para satisfacer la demanda de divisas necesaria para el funcionamiento de la actividad económica del 2022. El aporte del agro será nuevamente crucial para evitar cualquier ajuste brusco del tipo de cambio, recomponer reservas netas y poder sobrepasar el segundo semestre del 2022. Una vez más, maná de la tierra”, señala el informe.
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