Ante la volatilidad extrema y la textura de delicado cristal en que se convirtió la situación económica argentina, el ambiente bursátil ha tomado fisonomía de juego de azar, de apuestas, y también copia algunas características de esos ámbitos.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Ayer, es como que la semana se iniciaba esperando señales provenientes de los Estados Unidos y la falta de ellas congeló el recinto, falló «la onda» con alguna precisión que permitiera animar a sacudir la modorra y asumir riesgos.
Todos en sus bases, forjando de tal modo una rueda anodina y proclive a la baja y filtrado de la suba de 6 por ciento de la etapa pasada.
Marco menor
En un escenario que redujo sus contornos de manera ostensible, solamente $ 11 millones de efectivo fueron hacia los papeles privados locales, mientras el resto pasó a los certificados.
En la rodada que costó en promedio 1,5 por ciento en el Merval clásico y casi 2 por ciento en el local, hubo numerosos casos de pérdidas fuertes. Como 9 por ciento de Comercial, 5 por ciento en Molinos y Renault, varias con 3 por ciento y las más gravitantes sosteniéndose lo mejor posible y especial la plaza de PECOM. Por arriba del mínimo tocado que estaba en los «324» puntos, la cartera mayor se despidió del día no sin preocupaciones por la faltante de un acuerdo que ahora viene plegado de dilataciones y excusas. Crecerá la tensión si no hay novedades prontas (y buenas...).
Dejá tu comentario