El canciller brasileño, Celso Amorim, intentó ayer despegar a su país de lo que suceda en Venezuela, al asegurar que el socialismo bolivariano que propone Hugo Chávez no «contaminará» a Brasil, pero sostuvo que las nacionalizaciones que planteó son legales. Venezuela «no está contaminando; Brasil no está siendo contaminado», señaló el canciller Amorim desde Ecuador, a donde viajó para la asunción del presidente Rafael Correa, quien también adhirió a la prédica bolivariana.
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Amorim también dijo que la decisión de Chávez de nacionalizar el sector energético de ese país «es difícil de ser cuestionada», pues «está dentro de la ley». Eso no significa, necesariamente, suscribir algo que ocurre allá en Venezuela como si estuviera sucediendo en Brasil», completó, y luego agregó que «vamos a tener que convivir en el Mercosur con esas diferencias». Amorim dijo que «no se trata de defender o no las medidas de Chávez. Lo que yo defiendo es que son los venezolanos los que tienen que decidir la forma de organización de ellos y no nosotros, Brasil, ni ningún otro país».
Por otra parte, el ministro de Desarrollo de Brasil, Luiz Fernando Furlan, minimizó el impacto que pudieran tener esas nacionalizaciones en el Mercosur. «No veo grandes problemas en el campo del comercio y las inversiones», dijo el ministro. Según su visión, la relación comercial y de inversiones entre Brasil y Venezuela han evolucionado «muy positivamente» ya que «hoy, Venezuela es un destino de las exportaciones brasileñas más importante que Francia, Italia e Inglaterra. O sea, Venezuela se convirtió en un gran mercado para los productos industrializados brasileños».
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