Hace un año todos los economistas consideraban que dado el alto nivel de desequilibrios macroeconómicos que había dejado la pandemia, el 2021 iba a ser de bajo crecimiento. A lo sumo el PBI iba a recuperar la mitad de lo perdido en 2020 y con mucha suerte, la inflación iba a llegar al 45% anual. Pero la realidad fue otra: se produjo una fuerte dicotomía entre una economía real que aceleró más de lo pensado y un sector financiero que luce alarmantemente problemático. Los economistas dudan si esa dualidad se podrá mantener este año.
2022: privados estiman crecimiento del 4% (con dicotomía en lo financiero)
La dualidad entre una economía real que marca números positivos que conviven con datos financieros preocupantes, seguiría este año.
“En el comienzo del 2022 este escenario se mantiene. Sin embargo, el equilibrio entre estas dos dimensiones no está garantizado”, asegura la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE). El think tank de los denominados “desarrollistas” advierte que “lo financiero y lo real no pueden marchar por carriles independientes de modo indefinido”. Y por lo tanto afirma que en la medida en que las definiciones sobre la refinanciación con el Fondo Monetario se dilaten “la incertidumbre se acentúa y la actividad económica podría verse afectada”.
Algo de ello está presente en el razonamiento del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien parte de la hipótesis de que “lo real” tiene mucho más peso que lo “financiero”. Al presentar su propuesta de negociación con el FMI, que aspira a cerrar desequilibrios en el plazo cinco años, considera que apurar el ajuste fiscal mataría la recuperación. Según estimaciones privadas, el PBI del año pasado creció 10% con lo cual recuperó toda la caída que había soportado con el aislamiento del año anterior.
En función de ello, FIDE estima para 2022 “un crecimiento económico en torno al 4,3%, una leve desaceleración de la inflación (a valores punta a punta diciembre 2022 en torno al 40%), un balance comercial superavitario y un deslizamiento cambiario algo por debajo del ritmo de los precios”. Para las 40 consultoras y fundaciones que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, el crecimiento del PBI de este año será del 2,9%.
Por el lado de lo financiero, el gobierno arrancó el 2021 con un riesgo- país ya elevado de 1.391 puntos al 11 de enero del año pasado y terminó el 30 de diciembre en 1.703 puntos. Por su lado, el dólar blue inició el año en $160 y culminó en $206.
La dicotomía económica se explica por el comercio exterior. El precio de la soja pasó de u$s456 en marzo a u$s500 a fin de diciembre, con un pico de u$s536 en junio. Ese diferencial aportó los dólares necesarios para financiar la recuperación por encima de lo esperado.
Mientras el riesgo-país crecía y al BCRA se le iban agotando los dólares de las reservas, la economía “real” seguía su camino. Para octubre los datos de actividad económica reportados por INDEC indican un crecimiento interanual del 6,4%. En la comparación contra el mismo mes de 2019, la economía se encuentra casi al mismo nivel, con una leve caída del 0,6% y en el acumulado, registra un aumento del 10,4%. Lo mejor continúan siendo la industria y la construcción.
La utilización de la capacidad instalada del sector manufacturero fue del 64,7% en octubre, 3 puntos por encima del mismo mes de 2020 y 2,6 puntos por arriba de 2019. En diciembre, la Asociación de Fábricas de Automotores reportó casi 40.000 autos fabricados, un 32% más que en igual mes del 2020.
Por su lado, el Centro de Estudios para la Producción (CEPXXI) estimó en diciembre, en base al consumo de energía de la industria, que el sector “está 10,7% por encima del mismo período de 2019 y 9,5% de 2018”, que terminó el año “6% por encima de 2019. “De 14 sectores industriales, 12 consumieron más energía que en 2019. Se destacaron minerales no metálicos (24,2%,), refinación de petróleo (19,4%), metales básicos (18,3%)”, se indicó.
Desde lo financiero, en cambio, en el mercado algunos consideran que la mirada de Guzmán no sería muy distinta que la del FMI con vistas a un acuerdo en breve. Para la consultora GMA Capital existe un mayor alineamiento del que se supone. Asegura que en cuanto a política monetaria y reservas, “la visión del Ejecutivo se encuentra algo más alineada con lo que se espera en Washington” y en ese sentido, destaca que “el BCRA subió 200 puntos básicos el costo del dinero (a 40% TNA) tras más de un año de mantenerlo sin cambios”.
La administradora de fondos de inversión Adcap sostiene, por su parte, que “un programa con el FMI es posible” ya que “los desacuerdos en torno al déficit fiscal no implicaría un quiebre en las negociaciones”.
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