29 de marzo 2004 - 00:00

Por acuerdo con el Fondo liberan créditos por u$s 10.000 millones

Roberto Lavagna se reunió ayer con el vicepresidente del Banco Mundial, David de Ferranti, durante más de una hora, en el marco de la Asamblea Anual de Gobernadores del BID en Lima.
Roberto Lavagna se reunió ayer con el vicepresidente del Banco Mundial, David de Ferranti, durante más de una hora, en el marco de la Asamblea Anual de Gobernadores del BID en Lima.
Lima (enviado especial) -La Argentina mantendrá su postura de considerar como «un número razonable» una aceptación de 50% a 66% de los acreedores cuando lance la oferta de reestructuración de la deuda. Así fue reconfirmado ayer por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, luego de una extensa jornada en la que mantuvo reuniones con el vicepresidente del Banco Mundial para América latina, David de Ferranti; el número dos de la Reserva Federal de Nueva York, Terence Cheeky, y el vicepresidente del Citigroup, William Rhodes. El tema común de estos encuentros en el marco de la 45ª reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que se está realizando en esta ciudad, pasó -justamente- por la fórmula que aplicará el gobierno para alcanzar una renegociación exitosa.

Lavagna, al volver a mencionar el rango de 50% a 66%, les puso un freno a las expectativas de los acreedores y del FMI de conseguir una aceptación mayor por parte de los acreedores. Estas reducidas expectativas del equipo económico están en línea, en realidad, con lo que distintos inversores expresaron en los encuentros privados que armaron bancos de primer nivel como el JP Morgan, Merrill Lynch, Deutsche Bank, UBS y Citigroup, entre otros. En estas reuniones se impuso una posición más bien negativa por parte de los banqueros y bonistas respecto de la posibilidad de éxito en la negociación si no se mejora la oferta desde una quita de 75 por ciento.

Lavagna aprovechó para desmentir que el gobierno esté apresurado para volver a los mercados de capitales para renegociar los fuertes vencimientos que se producirán en 2005, especialmente de BODEN.

«Los que dicen eso lo hacen para demostrar que la Argentina es débil, pero no tenemos ningún apuro y cuando volvamos a los mercados será de manera responsable», observó el funcionario argentino.

• Tema clave

Sin embargo, fue el propio presidente del BCRA, Alfonso Prat-Gay, también presente en Lima, el que reconoció durante una conferencia con inversores que la reestructuración de la deuda era uno de los temasclave de la Argentina, «porque habrá que afrontar las refinanciaciones de deuda que vienen en 2005 con acceso al mercado».

Lavagna no se privó, además, de atacar a los que pronostican un «frenazo» de la economía para 2005 ante la falta de resolución de temas estructurales.
«Son divagues, no podemos considerar que sea gente de mercado que opina así, se trata simplemente de lobbistas», aseguró y remató su visión indicando que «espero sean consistentes con sus errores como lo han sido en los últimos años». «Cuando hablan de reformas estructurales -agregó-, dos tercios de las veces no tienen la menor idea de de qué están hablando.»

El ministro participará hoy en la apertura formal del encuentro del BID en esta ciudad. Hablará a las 17.30 y se referirá -según adelantó- a tres temas centrales:
la evolución de la economía argentina, la forma en que el país está encarando el problema de la deuda e ideas para mejorar el funcionamiento de la institución que preside Enrique Iglesias.

Una de las principales misiones del equipo económico desde el arribo el viernes a esta ciudad pasó por destrabar los préstamos de mediano plazo que se están negociando con el BID y con el Banco Mundial. «Para el 15 de abril, el préstamo de u$s 5.000 millones está previsto que sea aprobado por el directorio», le aseguró ayer a la mañana David de Ferranti. El funcionario del Banco Mundial dijo que tras dos suspensiones del tratamiento del préstamo por parte del «board» de la entidad, no habrá inconvenientes en esta oportunidad. Se trata de un programa de cuatro años de plazo (2004-2007), pero que este año tendrá los primeros tres desembolsos por hasta u$s 1.000 millones.

Del total, u$s 500 millones forman parte del programa de ajuste estructural (engrosa las reservas), otros u$s 100 millones, para planes de salud y otros u$s 400 millones, para construcción de rutas.

Estos préstamos, en realidad, no implican fondeo nuevo sino que mantienen el equilibrio con la Argentina.
Esto significa que el gobierno debe cancelar vencimientos de capital con el organismo y luego recibirá estos nuevos créditos. Por lo tanto, la exposición de este organismo se mantendrá en unos u$s 8.000 millones en los próximos años, tras reducirla en unos u$s 2.500 millones tras 2002. En cuanto al nuevo crédito del BID por otros u$s 5.000 millones, recién a mediados de junio estará llegando Iglesias a Buenos Aires para abrochar los detalles finales.

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