En Wall Street se llegó a una depresión de montos operados, como nunca en estos tiempos, los indicadores de casi todos los centros bursátiles del mundo (grandes o chicos) se marcaron en un rojo de intensidad diversa, aunque sin porcentuales muy acentuados. Pero, el primer arranque de un mes que tiene todos sus bemoles, dentro del historial bursátil, indica que se ingresó con un pie de plomo del talle de un Frankenstein...
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Hubo tan escaso nivel de movimientos para nuestra plaza, que apenas se generaron órdenes por menos de $ 5 millones de efectivo y un puñadito mínimo para los CEDEAR.
Lo pequeño y malo viene en volumen chico, como el veneno, es una máxima que ayer se pudo haber forjado. La Argentina resultó uno más, pasó mimetizado en el rojo general, acusando un leve descenso de 0,9 por ciento en sus mervales. Toda la expectativa -toda-quedó centralizada en lo que haga el «viejo zorro», Greenspan, de quien se aguardaban nuevos repartos de «maná» gratuito, en forma de baja de tasas. Una vitamina que ya ha mostrado ser ineficaz, para poder enderezar motivaciones de fondo muy graves.
No importa demasiado qué papeles subieron, o bajaron, en una fecha tan reducida en órdenes, muy manejable, por lo cual se autoexcluye para el análisis. Hoy, la nota de color vendrá de la Reserva Federal. Por aquí, nada de nada, salvo la baja de recaudación y la sensación de dejarse llevar, que involucra a nuestros grises funcionarios...
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