21 de septiembre 2007 - 00:00

Presupuesto divide ahora por subsidios

Cristina Fernández, Néstor Kirchner, Miguel Peirano y Alberto Fernández.
Cristina Fernández, Néstor Kirchner, Miguel Peirano y Alberto Fernández.
El presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, el jujeño Carlos Snopek, ensayó ayer una defensa del proyecto de Presupuesto 2008 que no tuvo eco ni en muchos de los propios oficialistas en el Congreso. Tuvo que apelar a garantizar que no habrá aumentos de impuestos el año próximo y defender como «prudentes» las proyecciones del gobierno.

No alcanzó para calmar la bronca de toda la oposición y hasta la apatía de algunos sectores del kirchnerismo no sólo por la estimación de crecimiento de la economía (4%) y de la inflación (7,7 %), sino por la falta de explicaciones de Miguel Peirano el miércoles pasado cuando concurrió a presentar el proyecto ante los diputados.

Snopek aclaró que, según el proyecto, el gasto público aumentará 16% el año próximo, lo que representa casi $ 162 mil millones, mientras que los ingresos subirán $ 169 mil millones. «No habrá un aumento de la presión impositiva y sí un manejo muy prudente de los números», dijo.

  • Bramidos

  • Enfrente, como nunca, toda la oposición siguió bramando como el día de la presentación.

    Jorge Sobisch, Roberto Lavagna, Ricardo López Murphy y el arista Eduardo Macaluse siguieron castigando el proyecto. El problema ya no parece ser sólo la negativa del ministro a responder preguntas, sino que se consagre nuevamente un enorme globo de fondos que el gobierno infló subestimando el crecimiento y la mayor recaudación que se dará por inflación, para poder así contar con unos $ 34.000 millones para manejar sin ningún control del Congreso.

  • Precisiones

    «Nosotros pretendíamos que el ministro de Economía, Miguel Peirano, nos diera precisiones sobre el proyecto, pero no lo hizo. Por ejemplo, anunció que la inflación de 2008 será de 7% y no sabemos de dónde saca ese número, es inentendible», protestó Macaluse.

    «Seguramente el país va a crecer más. Pero lo que ocurre es que el gobierno no quiere blanquear un número mayor, para tener un excedente de dinero a utilizar en vaya a saber qué cosas», protestaba ayer.

    Además, otros puntos del proyecto que se fueron conociendo irritaron más a la oposición. Por ejemplo, el caso de los subsidios. Se estima que en 2008 continuará el actual reparto a las empresas de transporte. En otros rubros, inclusive, se incrementará, como el caso del gas, donde se dispone la ampliación de la red de gas natural domiciliario para reemplazar el uso del gas en garrafas para los sectores de menores recursos. El fin es noble, el problema es que es nuevamente se faculta a Enargas y al Ministerio de Planificación para establecer el ajuste de esos subsidios.

    Los retrasos tarifarios y las diferencias que se generan en el mercado eléctrico también quedaron plasmados en el Presupuesto 2008: el Estado asumirá, nuevamente, las deudas de Nucleoeléctrica Argentina SA, de Yacyretá y del Complejo de Salto Grande.

    Roberto Lavagna también debutó en las críticas al proyecto: «Mantiene los superpoderes con los cuales el Presidente sigue disponiendo a su antojo de los recursos públicos, peca por exceso cuando engrosa los fondos fiduciarios que fomentan la corrupción y engorda los subsidios a la patria contratista, y por defecto cuando omite la movilidad de las jubilaciones y la verdad sobre la inflación», dijo.
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