El total de lo operado en la Bolsa de Comercio, el viernes, llegó a un atractivo númeroredondo: $ 500 millones. Las acciones solamente participaron con $ 35 millones, unas migas que no pasaron de 7% de la torta general. Y a partir de ello, lo que pudo haberse realizado en desarrollo y precios, es solamente para la estadística.
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Podrá corroborarse, o no, en el reinicio de hoy ese ligero repunte del Merval. Que pudo obtener -como mejor metael haberse alejado un tanto, del riesgo cierto que llegó a flotar por el ambiente semanal: la posibilidad de ver perforado el piso de «2.000» puntos.
El viernes se anotó suba de 0,6%, dejando al indicador en los 2.037 unidades y muy lejos de lo que consiguió el vecino recinto brasileño, con su 2,4%. Mucho más asociado a la chatura del Dow Jones, donde se estaban cocinando cuestiones de fondo y persistían las serias dudas. La diferencia con lo previo de la semana pasó, justamente, por una llamativa ausencia de operadores dispuestos a dar batalla. Como si se hubiera producido masiva deserción veraniega, en la última rueda del período.
Poco & nada
Retornó la imagen de la especie que se establece en estos casos: «Poco & Nada», sociedad de hecho, sin ningún interés y cuyo objetivo es dejar pasar las ruedas.
En ella se anotan tanto alcistas como bajistas, quedando todo en manos de donde caiga la bolilla. Y el viernes, pequeño repunte del barril de petróleo mediante, se fincó al leve rebote en la plaza de Tenaris: con 2,4% de aumento resultó decisiva para arrastrar el aumento al Merval, en tanto varias otras estaban en día gris. Con 135.000 papeles, también fue columna del menguado volumen accionario.
La única conclusión a la vista es que la semana no levantó su bruma, solamente se marcó en alza final. Y lo más preocupante es el descender de negocios, que podría ser pasajero (y mejor que haya sido así). Porque, de lo contrario: Bolsa arrugada.
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