El saldo y los indicadores de la última rueda sirvieron para corroborar aquello que asomara a mitad de período semanal. Un corte en la secuencia que situara a Buenos Aires como el mercado bursátil más lanzado en velocidad de repunte del último mes. Teniendo la ocasión de bordarles una sutura a las dudas, en la fecha de remate, esto no pudo concretarse y ni siquiera a esbozarse en algún momento.
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La causa principal, una contracción de órdenes que volvió a restarle respaldo a la demanda y hasta reunir no más de $ 43 millones de efectivo. El día apenas sirvió para poder salir del valle en que se había caído con 1.861 puntos del Merval, llevarlo a máximo de 1.889 y concluyendo bastante cerca de ello, con 1.886 puntos. Diferencia porcentual que no hizo mella en el estado del índice anterior, solamente con 0,24% de retroceso. En tal caso, a igual imagen del Bovespa que venía perdiendo 0,32% cuando Buenos Aires concluyera lo suyo. Así, se deberá pagar dos veces por el mismo terreno, habida cuenta de un Merval que se había instalado cómodamente por encima de los 1.900 puntos en el impulso alcista. Frontera que se vulneró fácilmente, pero que no pudo sostenerse ante una detención compradora y cierta surgencia de oferta que se centró, en especial, sobre los papeles clave en el ponderado, y decisivos para el movimiento.
Al repasar el saldo semanal, se encuentra que se perdió el liderazgo de avance y quedando en tercer término con un Dow que ganó 1,81% en el período, el Bovespa con casi 0,8% y alejado nuestro Merval en leve pérdida de 0,07%. Las sombras que abordaron a Tenaris, en derrape continuado de cotización, le quitaron el soporte clásico en el año a la nómina líder. Sin reemplazos equivalentes, tal tónica al retroceso impregnó al recinto todo y se ingresó en las últimas fechas en una nebulosa. Y la Bolsa, oscurecida.
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