Bueno, lo que faltaba en el menú apareció súbitamente en la mesa de la víspera y en nuestro recinto porteño. La participación -a favor- de la segunda acción de las de alto peso ponderado, Grupo Galicia, en virtud de supuestas nuevas evaluaciones inversoras (acerca de su futuro), consiguió un efecto demanda que se potenció por razones clásicas de los mercados «sobrevendidos»: entre los que tomaban y los que cubrían apresuradamente posiciones se forjó una soñada «crisis de oferta» que resultaba casi utópica, en papeles del sector bancario. El doble juego de los plazos, entre el contado y el largo, sirve de acicate a jugadas que muchas veces dan la contracara al especialista audaz. Bastante de todo esto pudo haber confluido, como para deparar un soberbio 21% de incremento en la plaza de G. Galicia y con $ 4,3 millones de papeles.
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El otro no declinó en la víspera, el papel de PC, y siguió actuando de puntal en el Merval. Llegando a $ 1,86 en el cierre, con casi 2 millones de acciones, reportó por más de 4% a la torrecita ponderada. Los demás no importaban demasiado, teniendo «abrochadas» a las dos principales. Pero, ya que el recinto estaba de «onda verde» y pasaban todos sin luz roja, Acíndar se enganchó en la caravana trepando 8% favorecida, seguramente, también por la sobreventa y veloz reposición frente al vuelco del mercado. Se divirtió a lo grande gastando poco, el mercado, porque fueron $ 13 millones de efectivo para locales, otro tanto en CEDEAR.
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